El cerro Aconcagua (6.962 msnm), la cumbre más alta de América, tiene la clínica más alta del mundo, en el campamento Nido de Cóndores, a 5.590 metros sobre el nivel del mar. Y sus médicos no dan abasto.
La patrulla de rescate del Aconcagua, el cuerpo de guardaparques y el servicio de emergencia médica controlan la condición con la que llegan al campamento de altura los andinistas.
El coordinador médico en el Aconcagua, Bernabé Abramor (Extreme Medicina), contó que en el equipo trabajan 35 médicos de distintas especialidades: traumatología, dermatología, cirugía, terapia intensiva, y deportología. La mayoría de los profesionales tiene la especialidad de medicina de montaña.
Los profesionales van rotando y hay alrededor de ocho en simultáneo, cada día. En el campamento Confluencia, a 3.250 msnm, hay dos médicos. En Plaza de Mulas (4.300 msnm), hay tres y en Plaza Argentina (4.100 msnm), dos. En el campamento más alto, Nido de Cóndores, hay uno.
En Plaza de Mulas funciona una pequeña clínica para atención de los deportistas que llegan al Aconcagua. Allí se realizan chequeos médicos, pero también se pueden atender a los accidentados o personas con patologías graves, antes de ser rescatados por el helicóptero de emergencias, que requiere de buenas condiciones de tiempo para volar.
En ese hospital de altura hay dos camas de internación, con salas de monitoreo y oxigenoterapia, cardiología, y ecografía, para cumplir con todos los chequeos y controles que se necesitan en un servicio de mediana complejidad.
En la última temporada, 2023-2024, fueron muy pocos los andinistas que lograron llegar a la cumbre. Muchos días de condiciones extremas, con temperaturas de hasta 30 grados bajo cero y vientos que alcanzaron los 100 kilómetros por hora.
Esta temporada, que arrancó el 1° de noviembre y se extenderá hasta el 30 de abril, ha presentado mejores condiciones climáticas. Pero el inconveniente es otro: aumentó la cantidad de personas que llegan a emergencias. Consultan por las principales complicaciones en montaña, como son la falta de aclimatación a la altura (apunamiento) y, lo más grave, edema pulmonar y cerebral.
«Cada vez viene más gente, quizás menos experta en montañismo que en años anteriores. Buscan hacer expediciones cada vez más rápidas», afirma el jefe médico del Aconcagua.
Y advierte: «Es un factor de riesgo no hacer bien la aclimatación a la altura porque puede generar problemas de salud. Existe riesgo de padecer edema agudo de pulmón, una enfermedad potencialmente mortal y relacionada con la velocidad de ascenso».
El fenómeno post Covid, donde muchas personas decidieron iniciar actividades al aire libre y deportes outdoors, repercutió en el andinismo. «Aumentó la cantidad de gente que quería practicar montañismo, con menos conocimiento de su cuerpo a esas altitudes y menos respeto de los tiempos de aclimatación. Nuestro trabajo es prevenir e informar sobre estos problemas, pero, a veces, la gente no nos escucha«, se lamenta el director médico.
Abramor cuenta que hay aficionados al montañismo que pretenden hacer como primera cumbre el Aconcagua, la montaña más alta de América, sin haber conseguido llegar a otras cimas de menor altitud y dificultad. «Si es su montaña debut, esa persona no conoce cómo responde su cuerpo a la hipoxia hipobárica (exposición a poca presión y poco oxígeno), por eso le recomendamos que vayan con un guía y no solos», sugiere.
En números, entre el 1° de diciembre y el 10 de enero, los equipos médicos que atienden en el cerro Aconcagua realizaron 3.100 atenciones. Esa cantidad se dio en sólo 40 días, cuando el total del año pasado fueron cerca de 7.400 intervenciones médicas en cuatro meses de temporada.
En Nido de Cóndores, última parada médica antes de la cumbre, en el último mes y medio, se atendieron 55 escaladores; hubo dos evacuaciones en helicóptero y siete a pie.
Aconcagua es la única montaña del mundo que tiene un cuerpo de guardaparques, patrulla de rescate, médicos y helicóptero a disposición de las andinistas. Integra el desafío de las Seven Summits (7 cumbres) más altas de cada continente.
La alta demanda de escaladores que tiene el cerro responde al desarrollo de servicios y, también, al nivel de seguridad. «El equipo de profesionales que trabajan en Mendoza para esta cumbre no existe en ninguna montaña del mundo, ni en el Everest (8,849 msnm), el monte más alto», afirma el director médico del Aconcagua.
Los médicos piden generar conciencia entre quienes eligen el desafío del Aconcagua y recomiendan contratar guías profesionales habilitados, porque, «desde los 6.000 msnm no hay médicos, ni personal de auxilio y es necesario que el andinista respete su cuerpo».
Cada temporada de verano, Plaza de Mulas, a 4.300 msnm, principal campamento de altura, se transforma en un pueblo de andinistas de distintas nacionales que comparten la pasión por la montaña.
Los visitantes provienen de Estados Unidos, Canadá, Europa, y Latinoamérica, en orden de importancia de ingresos al Aconcagua. También está creciendo la cantidad de argentinos, que eligen los circuitos de trekking cortos y largos, por tres días o una semana.
AS