España cuenta con cerca de 2.100 ubicaciones de radares, distribuidos entre 1.325 móviles, 665 fijos y 92 de tramo, según datos de la DGT. El Observatorio de Radares de Coyote eleva esta cifra a 2.941, al incluir radares gestionados por ayuntamientos y comunidades autónomas, así como cámaras de semáforo y dispositivos que controlan el uso del teléfono móvil y el cinturón de seguridad.
En Madrid, estos dispositivos se pueden encontrar tanto en autopistas como la A-1, A-2 y A-6, como en vías urbanas y secundarias, con el objetivo de reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad vial. En total, la capital cuenta con alrededor de 90 radares fijos. Estos radares se concentran en las vías más transitadas, como la M-30 y la M-40, con cuatro radares fijos, además de otros tres tipos diferentes de cinemómetros (fijos con operador, de tramo y de semáforo). La empresa Emesa, encargada de la conservación mantenimiento, explotación de esta vía, explica que en la M-30 hay actualmente 16 radares fijos, lo que le convierte también en el punto donde se concentra la gran parte de denuncias por velocidad, según el último informe de la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Con un total de 31. 679 denuncias registradas durante el primer semestre de 2023, el radar fijo ubicado en el kilómetro 4,150 de la M-30, dentro del túnel de la avenida de Portugal en Madrid, es el cinemómetro que más multa de la ciudad. Según los datos de la AEA, las multas emitidas por este radar en 2023 ascendieron a un total de 3.356 800 euros en ese periodo.
El resto de carreteras madrileñas
En cuanto al resto de carreteras, la M-40, M111 y A3 ocupan el segundo puesto con cuatro dispositivos fijos en cada una. Le siguen la A1 y A,6 con tres; mientras que las carreteras A2, A4, A42, A5, M-300, M-404, M-45, M-505, M-506 y M-607 cuentan con dos. La M-404, M-50, M-513, N-400, N-VI y N-VI tienen apenas uno.
La normativa exige que la presencia de radares fijos esté debidamente señalizada con antelación para advertir a los conductores. En zonas urbanas y carreteras interurbanas, las señales suelen estar instaladas a varios metros de distancia del radar, dependiendo de la velocidad máxima permitida en el tramo. No obstante, en algunos casos específicos, como zonas de obras o tramos especialmente peligrosos, la señalización puede adaptarse para ser más efectiva.
A través del Portal de Visualizaciones Visualiza Madrid con Datos Abiertos, el Ayuntamiento de Madrid pone a disposición una visualización realizada con datos abiertos de los radares de la Ciudad de Madrid. También es posible consultar los radares de semáforo y de tramo.
Qué es y cómo funciona un radar fijo
Los radares fijos son dispositivos electrónicos diseñados para detectar y registrar a los vehículos que exceden los límites de velocidad establecidos en las carreteras. Estos aparatos utilizan diferentes tecnologías como el radar Doppler, sensores piezoeléctricos o cámaras de reconocimiento de matrículas (ANPR, por sus siglas en inglés).
El funcionamiento básico se basa en la emisión de ondas electromagnéticas que rebotan en los vehículos en movimiento. Analizando el cambio en la frecuencia de las ondas reflejadas, el radar puede calcular en un punto fijo la velocidad del vehículo con gran precisión. Una vez detectada una infracción, el dispositivo captura una imagen del vehículo y su matrícula, generando un archivo con los datos de la infracción, que incluye la velocidad medida, el límite establecido y la fecha y hora del evento. Algunos modelos más avanzados también son capaces de medir múltiples carriles simultáneamente y registrar infracciones adicionales, como el uso indebido del teléfono móvil o la ausencia del cinturón de seguridad.