domingo, 22 diciembre, 2024
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Hacer un asado, comprar ropa y comer afuera: cuáles son los principales gustos que resignó la clase media

La desaceleración de la inflación, la estabilidad del dólar y el superávit fiscal son algunos indicadores de la macro que el Gobierno destaca como cucardas de la gestión. Sin embargo, estas variables no lucen en el día a día de los consumidores, quienes tienen una mirada más negativa sobre la situación económica actual.

El 52% de la gente considera que su capacidad de compra es “peor” o “mucho peor” que la de hace un año, mientras que un 60% tenía proyectos que hoy debe posponer por falta de recursos. Según un sondeo de Moiguer Compañía de Estrategia, este año el 74% de los hogares debió restringir algunos gustos para achicar su presupuesto. ¿Cuáles?

En una encuesta de 1.300 casos representativos de todo el país, la consultora especializada en consumo encontró que los gustos más afectados son las reuniones familiares para hacer asado (54%), la compra de ropa (50%) y las salidas a comer afuera (46%).

Por su parte, el 60% de los encuestados declaró que debió frenar planes, como reformas en el hogar (30%), iniciar un negocio (12%) o mudarse (7%), según la encuesta que se hizo entre julio y agosto.

consumo

La resignación o la reducción en la compra de muchos de estos bienes no se explican exclusivamente por los aumentos de precios, sino por el incremento de la proporción de estos en el gasto de los hogares.

Por ejemplo, la ropa es uno de los rubros que menos aumentó en lo que va del año: en el índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula 61% versus 94,8% de la inflación general. Sin embargo, el costo de estos bienes representa una porción más importante del ingreso respecto del año pasado. Lo mismo ocurre con otros rubros.

A agosto, para ser de clase media en la Ciudad de Buenos Aires una familia tuvo que tener ingresos por $ 1,5 millón, según el INDEC porteño.

Un dato de la consultora Ecolatina logra ilustrar esa ecuación: los gastos en bienes y servicios inelásticos (que son los que a la gente le cuesta más abandonar aunque suban de precio, como las prepagas y los colegios de sus hijos, por ejemplo) representan hoy casi el 40% del ingreso, cuando en mayo de 2022, explicaban el 16%, según la consultora económica.

Martín Eandi, director del área Research en Moiguer Compañía de Estrategia, explica: “Al complicarse el poder adquisitivo por el aumento de los gastos, los consumidores deben posponer los proyectos para administrar el presente”. Esto implica usar ahorros, sumar más horas de trabajo e implementar cambios en las estrategias de compra, como el reemplazo de productos y de marcas, enumera el experto.

Según el sondeo, el 55% de los encuestados debió utilizar ahorros para cubrir gastos cotidianos, un porcentaje que creció respecto del 2023. El 23% de los encuestados recurrió a esta alternativa en el último mes y 28% que ya lo venía haciendo.

Por otro lado, el 59% de los encuestados reconoció que en algunos de los últimos meses no pudo llegar a fin de mes. Una cifra que cae al 30% en la clase alta y sube al 67% en los estratos medios y al 71% en los más bajos.

De esta manera, especialmente en los segmentos medios y bajos, el consumo implica resignaciones y grados de esfuerzo y dedicación. “Una situación que finalmente deriva en un consumidor más estresado por tener que estar calculando y corriendo detrás de promociones, de cuotas, de reintegros de aplicaciones o tarjetas”, señala Eandi.

Recortes en los gastos: 2024 vs. 2023

Al consultar cuál fue el comportamiento concreto en cuanto al recorte de gastos este año respecto del 2023, exclusivamente en el segmento de la clase media, los datos mostraron que el 91% de los encuestados redujo o eliminó el uso de transporte privado como taxis o apps. El 86% dejó de comprar golosinas y chocolates. En un 83% bajaron las compras de primeras marcas de alimentos. Y también, el 80% dejó de salir a tomar café o un helado.

En esta lista, los consumos más inelásticos (que son más importantes para los consumidores) resultaron el uso de Internet en el hogar (49%), la compra de medicamentos (48%) y el colegio de los hijos (41%).

De todas maneras, el hecho de que este presente difícil requiera un mayor foco de atención, no quita que la gente mantenga cierto optimismo en el futuro, dice Eandi. Según su visión, «la desaceleración de la de inflación, cierto orden en las cuentas públicas y la vuelta de las cuotas y los créditos están haciendo disminuir la mirada negativa de los consumidores en el segundo y tercer trimestre del año. Y al mismo tiempo se incrementa la visión de un horizonte más positivo», opinó.

NE

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