Además de ser un deporte emocionante y divertido, el tenis también ofrece beneficios significativos para la salud física y mental. “El tenis es una demostración del poder, la gracia, el intelecto, la astucia, el equilibrio, la velocidad, la alegría, la tristeza y la pura determinación humana”, dice Brian Hainline, neurólogo y presidente de la Asociación de Tenis de Estados Unidos, en un artículo de National Geographic.
“El tenis perduró tanto tiempo porque se puede jugar a diferentes niveles, desde partidas sociales de dobles hasta competencias individuales de alto rendimiento. Este deporte desafía al cuerpo de muchas maneras, incluyendo la velocidad, resistencia, fuerza, habilidades técnicas y planificación estratégica”, asegura Benjamin Levine, director del Instituto de Ejercicio y Medicina Ambiental del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern.
Se comprobó que jugar al tenis ofrece múltiples ventajas para la salud física, como la reducción del riesgo de obesidad y diabetes, una mejor coordinación, más energía y un corazón más saludable.
Los movimientos repetitivos con la raqueta ayudan a mantener y desarrollar la masa muscular magra en los hombros y brazos, mientras que la rotación constante y el movimiento del cuerpo fortalecen los músculos centrales y estabilizadores. Además, la velocidad, la postura y la intensidad prolongada refuerzan los músculos de las piernas, la espalda y los pies.
“A diferencia de muchos otros deportes, el tenis requiere un uso multifacético del sistema musculoesquelético, con rápidos arranques y paradas, además de cambios bruscos de dirección”, explica James Gladstone, médico y jefe del sistema en la división de medicina deportiva del Mount Sinai Health System en Nueva York.
Huesos más fuertes, gracias al tenis
El tenis también contribuye a tener “huesos más fuertes, gruesos y sanos, especialmente para aquellos que comienzan a una edad temprana”, según Babette Pluim, médica y consultora de medicina deportiva, y asesora médica principal de la Real Asociación Holandesa de Tenis sobre Césped.
Esto ocurre porque los movimientos repetitivos asociados al tenis forman nuevo tejido óseo y ayudan a reemplazar el tejido viejo. “La combinación de estrés mecánico, respuestas hormonales, aumento del flujo sanguíneo y mejor absorción de nutrientes que se producen con el ejercicio, fortalecen los huesos y mejoran la salud general del esqueleto”, suma.
El tenis también mejora la flexibilidad, el equilibrio y el rango de movimiento. “La flexibilidad es esencial en el tenis, ya que se requiere para alcanzar, estirarse, pivotar y desacelerar después de cada ráfaga de movimiento”, agrega Hainline.
Este deporte también disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas, en parte porque sus movimientos de alta intensidad seguidos de breves períodos de descanso “simulan un ejercicio prolongado de intensidad moderada”, explica Rami Hashish, fisioterapeuta y consultor de rendimiento corporal en el Instituto Nacional de Biomecánica de Los Ángeles. “Esto lo hace excelente para el flujo sanguíneo y para fortalecer el músculo cardíaco”.
Gracias a estos factores, el tenis ayuda a reducir la presión arterial, mejora la frecuencia cardíaca en reposo y favorece perfiles lipídicos saludables que optimizan los niveles de colesterol. Estas son algunas de las razones por las que se demostró que jugar al tenis de manera regular reduce el riesgo de enfermedades cardíacas en hasta un 56%, determina un estudio de la Asociación Estadounidense de Tenis.
LA NACION