A la hora de adoptar una mascota, sobre todo cuando es de pequeña edad, es realmente importante las actitudes que tomamos frente a esta, ya que determinará su comportamiento para el resto de su vida. Los gatos, en especial, necesitan de mucha atención a la hora de sociabilizar por primera vez. Esto definirá su personalidad y forma de relacionarse con el resto de los animales con los que se encuentre y, también, las demás personas.
Por eso, es esencial no formar mecanismos violentos en estas mascotas, las cuales se adaptan rápidamente a dicho comportamiento si el juego que se le ofrece tiene estas características. Resulta importante reparar en cómo debemos relacionarnos con ellos, de qué manera jugar y que tipo de respuestas formar en el gato, sobre todo, cuando estos son bebés y están aprendiendo.
Todo lo que le enseñemos a un gato lo recordará de por vida. Esto quiere decir que, por ejemplo, si lo impulsamos a saltar de distintos lugares, lo seguirá haciendo y esto puede ser peligroso para las personas que se encuentre en el hogar. Es importante contar con los juguetes y espacios adecuados para el animal. Cada tipo de mascota precisa de cuidados y ambientes específicos según sus necesidades.
Por ejemplo, los gatos necesitan escalar, estar en alturas y poder pasar de un lado a otro con facilidad. Por eso, estantes en alturas cubiertos con telas rugosas de las que ellos se puedan agarrar al saltar son un gran estimulante para su exploración.
Estos son algunos juguetes, muy fáciles de hacer en casa, que podés incluir en la rutina de juego de tu gato para fomentar una relación tranquila y divertida con él:
Establecer los límites claros de comportamiento en un gato es crucial a la hora de incorporar el juego en su rutina. Si permitimos que se comporte de manera agresiva o alocada, fomentaremos esta actitud para otros aspectos de su vida. Entonces, es importante premiar con pequeñas porciones de alimento cuando haga las cosas bien y se comporte de manera tranquila.
El gato necesita sociabilizar, estar en contacto con otras personas y, en lo posible, otros animales. Sin embargo, no es tan sociable como un perro. Por eso, es importante no forzarlo y estresarlo al ponerlo en contacto con animales o personas que lo hagan sentir vulnerable o en peligro. El gato demostrará por sí solo si se siente a gusto con alguien o prefiere estar lejos. No lo obligues a estar en presencia de cosas que lo molesten porque esto intensificará su malestar y puede generar reacciones violentas en él.
LA NACION