La aerolínea Azul, una de las más grandes de Brasil, va a volver a volar a la Argentina después de cuatro años. Será a partir de julio, cuando comience con una ruta “no regular” entre San Pablo y Bariloche, hasta cinco veces por semana. Así lo anunció el martes el secretario de Turismo, Daniel Scioli, desde Brasil.
“Después de cuatro años, Azul decidió volar a partir de julio entre San Pablo y Bariloche”, dijo Scioli a Clarín, vía telefónica. “Van a volar tres frecuencias por semana que van a luego llevar a cinco, desde el aeropuerto de Campinas”.
Son varias las líneas aéreas que van a apostar fuerte al puente aéreo entre Brasil y Argentina durante el invierno, tanto por el flujo de turismo receptivo que se espera desde el país vecino como por la necesidad de compensar la caída de de demanda en otras rutas.
La oferta de vuelos invernales fue presentada durante la feria WTM Latin America, en San Pablo, y la más activa fue Aerolíneas Argentinas: para la temporada de julio y agosto, la línea aérea estatal va a cubrir 95 frecuencias semanales con Brasil.
Desde Brasil, Aerolíneas ofrecerá un vuelo diario directo entre San Pablo y Bariloche, dos vuelos semanales desde San Pablo a Ushuaia y Chapelco (con escala en Aeroparque), dos vuelos semanales directos a Córdoba, uno a Salta y cinco vuelos por día entre San Pablo y Buenos Aires (Ezeiza y Aeroparque).
La oferta con el país vecino de Aerolíneas se completa con tres vuelos diarios a Río de Janeiro desde Buenos Aires, siete frecuencias semanales a Porto Alegre, seis a Salvador de Bahía, seis a Curitiba y tres a Brasilia.
El anuncio de Aerolíneas lo hizo Fabián Lombardo, a quien designó el gobierno de Javier Milei y que venía de ser director comercial durante los últimos cuatro años, cuando la línea aérea estuvo a cargo de La Cámpora.
Pero además Lombardo conoce por dentro a Azul, ya que fue su gerente general para América del Sur durante el período en que fue cesanteado en Aerolíneas, durante el gobierno de Macri, hasta su retorno en diciembre de 2019. Poco tiempo después, a partir de la pandemia y con los vuelos cancelados durante prácticamente seis meses, Azul dejó de volar al país, con excepción de algunos servicios tipo charter.
Azul fue fundada en 2008 por el empresario brasileño-estadounidense David Neeleman. Fue la cuarta línea aérea que armó este empresario nacido en Brasil, educado en la Universidad de Utah y mormón practicante. La tercera había sido la actual JetBlue: Neeleman la fundó en 1999, con el nombre de NewAir y la expandió rápidamente hasta transformarla en la séptima más grande de Estados Unidos. En 2007, cuando era presidente de la empresa, Neeleman fue despedido porque el directorio decidió que querían un perfil “más gerencial que empresarial”, como reseñó en su momento el diario Wall Street Journal.
Su siguiente paso fue armar una línea “low cost” en su país de nacimiento: comenzó en diciembre 2008 con cuatro aviones y una inversión inicial de 150 millones de dólares. Hoy maneja una flota de 180 aviones y compite en el liderazgo del mercado brasileño contra la también “low cost” Gol.
A diferencia de Azul, que a lo largo de los años tuvo escasa actividad desde Brasil hacia Argentina, Gol va a armar un puente aéreo que incluso superará el de Aerolíneas: según anunciaron en San Pablo a los funcionarios locales, para la temporada alta llegarían a 120 frecuencias por semana.