El Bayern Múnich experimentó una pesadilla expresiva y terrorífica durante su visita a Frankfurt, donde fue abrumado y goleado por el Eintracht con un contundente 5-1. El desastre del campeón alemán fue evidente desde el principio hasta el final, destacando la falta de rendimiento de todo el equipo, incluyendo figuras como Kane, Sané, Coman y Kimmich. Esta derrota representó la primera en la Bundesliga para el Bayern en la temporada y los dejó a tres puntos del liderato del Bayer Leverkusen.
El Eintracht desbordó a su rival en cada sector del campo, exhibiendo ambición, contragolpes eficaces y una fuerza que dejó al Bayern irreconocible. El 3-0 en el minuto 36 a favor del Eintracht ya era concluyente, aplacando y destruyendo al Bayern. La vulnerabilidad defensiva, las pérdidas de balón y la falta de reacción fueron evidentes, sumiendo al equipo en un batacazo estruendoso.
Los goles del Eintracht, como el 1-0 de Maroush y el 3-0 de Larsson, ilustraron la superioridad y eficacia del equipo local, mientras que el golazo de Kimmich en el minuto 43 fue insuficiente para cambiar el rumbo del partido. El Bayern, a pesar de ser un equipo de alto nivel, se mostró vulnerable y distante de su verdadero potencial.
En la segunda mitad, el Eintracht continuó su dominio, aprovechando los errores del Bayern, como el cometido por Upamecano, para ampliar la ventaja a 4-1 con un gol de Dina Ebimbe. A pesar de algunos cambios tácticos por parte del Bayern, la derrota resultó incontestable, con un marcador final de 5-1, y el equipo se vio aún más debilitado por la lesión de Gnabry.
En resumen, la derrota ante el Eintracht representó un golpe significativo para el Bayern, cuestionando su rendimiento y poniendo en duda su posición en la Bundesliga. La falta de soluciones efectivas por parte del entrenador Thomas Tuchel y la lesión de Gnabry complicaron aún más la situación del equipo.