Con el fin de analizar la crisis en la producción de papa, la cual golpea a los productores argentinos, con problemas de sobreoferta, altos costos dolarizados, competencia desigual frente a países subsidiados y condiciones climáticas adversas, este medio dialogó con el vicepresidente de la Federación Nacional de Productores de Papa (FENAPP), José Linares.
“En realidad nosotros venimos de un año muy complicado tanto desde el punto de vista climático como desde el punto de vista de la oferta”, explicó José Linares. Luego, manifestó que la caída de contratos de exportación agravó la situación: “Eso ha hecho que las fábricas vayan dando de baja algunos contratos que terminaron volcándose al mercado interno y eso agravó la crisis de oferta que tenemos hoy”.
Competencia desleal
Asimismo, señaló la asimetría frente a competidores internacionales: “Nosotros no podemos competir con países que subsidian actividades que nosotros desarrollamos con costos distintos. Esta es la problemática”. Y ejemplificó: “Productos que vienen desde China, en este país cuestan entre un 70 y un 100% más, algunos insumos, cuando el país es vecino, cuestan la mitad. Entonces es imposible trabajar en este contexto”.
Sobre la misma línea, Linares sostuvo que a esto se suman los impuestos internos: “Si a cada eslabón de la cadena le van a aplicar ingresos brutos, es imposible pensar que nosotros vamos a tener un parecido a otros países que no tienen estos impuestos”.
Cómo afectan los subsidios a la producción de papa
Otro factor, según desarrolló, es el ingreso de papa subsidiada a la región: “Ellos ingresan con un valor en dólares más bajo que nosotros porque ellos subsidian. Eso hace que los valores en dólares que ellos manejan son inalcanzables para nosotros, pero no porque nosotros no seamos mejores productores que ellos”.
Por otra parte, el entrevistado comentó que la ecuación económica es alarmante: “En el primer semestre perdíamos el 50% de la inversión. En este momento, en algunos casos, se va a perder el 100% de la inversión porque hay cultivos en la provincia de Buenos Aires que no se van a cosechar”.
Esto, aseguró, tendrá consecuencias graves: “Va a producir un gran quebranto en la actividad y el sector, muy difícil de poder mantener la superficie que se siembra”. Sin embargo, descartó un desabastecimiento inmediato: “En el corto plazo no se visualiza eso. Nosotros creemos que vamos a lograr, con nuestras gestiones, alguna mejora en esta situación que nos permita poder trabajar en abastecer al país”.