La ciudad de Los Ángeles, en el estado de California, vivió una tarde absolutamente caótica luego de que cientos de violentos manifestantes de izquierda relacionados con el Partido Demócrata, intentaran ingresar por la fuerza a un centro de detenciones donde el servicio de migraciones mantiene detenidos a inmigrantes ilegales.
Los violentos piqueteros fueron vistos con distintas insignias representativas de distintos movimientos de izquierda, como banderas palestinas, consignas de Black Lives Matter o Antifa y símbolos distintivos del comunismo, entre otros
Estos hechos se dieron a raíz de una serie de arrestos que el servicio de control migratorio estadounidense (ICE) llevó a cabo en los últimos días, por lo que los rebeldes izquierdistas buscaron entrometerse en el centro donde esos detenidos fueron trasladados con la finalidad de liberarlos.
Al menos 45 personas fueron detenidas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante redadas en Los Ángeles, según reportes preliminares. Los operativos se habrían llevado a cabo en lugares públicos como tiendas comerciales, complejos residenciales, tribunales federales entre otros.
Demócratas quisieron entrar a una comisaría por la fuerza para liberar a ilegales
El ICE confirmó que »todos los extranjeros en violación de la ley migratoria pueden ser arrestados y sujetos a remoción», sin brindar más detalles. El FBIparticipó en los operativos en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y bajo órdenes del Fiscal General.
Luego de que los piqueteros no hayan tenido éxito mediante los métodos convencionales, comenzaron a destruir propiedad pública e intentar el ingreso al establecimiento mediante la fuerza. En consecuencia, las fuerzas policiales debieron intervenir, incluso utilizando indumentaria antidisturbios y gas pimienta para intentar disuadir a los manifestantes.
En medio de la tensión, activistas desinformaban a los detenidos sobre sus derechos, instándolos a no firmar documentos ni responder preguntas respecto a su situación legal ni de los delitos cometidos por ellos.
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Sin embargo, a pesar de los intentos por parte de las fuerzas federales para disuadir las amenazas llevadas a cabo por estos grupos de agitadores, las mismas se vieron superadas tras la falta de apoyo local debido a la decisión de la alcaldesa demócrata Karen Bass.
Por otro lado, la demócrata expresó su inexplicable indignación con el accionar del servicio migratorio, calificando las redadas como tácticas que »siembran el terror» y atentan contra la seguridad de la ciudad. Aseguró estar en contacto con organizaciones defensoras de migrantes para brindar apoyo a los afectados.
El jefe de ICE, Todd Lyons, defendió el despliegue táctico, argumentando que medidas como el uso de máscaras buscan proteger a los agentes y a sus familias de represalias de parte de organizaciones criminales como el Tren de Aragua.
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