martes, 15 abril, 2025
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El Gobierno levanta el cepo y el dólar oficial flotará desde el lunes entre $ 1.000 y $ 1.400

El Fondo Monetario Internacional (FMI) le dará al gobierno de Javier Milei US$ 15 mil millones de libre disponibilidad a cambio de una devaluación eventual del casi un 30% encubierta que la gestión libertaria buscará delegarles a los mercados. Con bandas de flotación y una fuerte flexibilización del cepo, la apuesta oficial es que el tipo de cambio llegue rápido a los $ 1.400 para aguantar un primer fogonazo y sostener la inflación hasta las elecciones.

“No sabemos dónde se va a estacionar el dólar”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, en una conferencia de prensa en Casa Rosada en la que explicó junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili, cómo será la “Fase 3” del programa económico. Sin anunciar la estructura del acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) por US$ 20 mil millones a cuatro años que adelantó hace unos días el organismo, los funcionarios evitaron hablar de devaluación. “No es una devaluación, es una flotación”, contestó el titular del Palacio de Hacienda a la pregunta de periodistas.

El nuevo esquema consiste en un rango que va de los $ 1.000 a los $ 1.400 en los que el Central no puede intervenir, con un ‘crawling peg’ del 1% mensual. Cada vez que el tipo de cambio opere en el mercado oficial en el valor superior de la banda, el BCRA venderá dólares para defender el valor en esta y, en el proceso, eliminar pasivos monetarios. Cuando el precio perfore el piso de la banda, la autoridad monetaria comprará divisas para defender el valor.

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El régimen que comienza el lunes elimina el dólar ‘blend’, flexibiliza el acceso a la moneda estadounidense para las importaciones y levanta completamente las restricciones para la compra de divisas por parte de personas humanas, eliminando el tope mensual de US$ 200 para las operaciones digitales, con una salvedad para la compra por ventanilla en efectivo: se permitirá adquirir hasta US$ 100. Para el minorista, se suprimen casi todas las barreras, aunque se mantendrá la percepción del 30% de Ganancias para las compras en el exterior.

También habilita la distribución de utilidades al exterior a partir de balances iniciados en 2025. Una medida de apuesta: el equipo económico busca incentivar las inversiones a partir de la liberación de una parte, la de los flujos, aunque sostiene una buena parte del cerrojo el en el stock de dividendos previos a 2025 que quedaron atrapados y que se calculan extraoficialmente en alrededor de US$ 15 mil millones.

El Gobierno se guardó como escudo de las arcas la restricción cruzada para las personas jurídicas –la imposibilidad de acceder a los mercados financieros y oficial en un plazo de 90 días–, pero hará un reseteo: el lunes, las empresas que quieran acceder a cualquiera de ambos mercados podrán hacerlo y el impedimento comenzará a regir a partir de la fecha de vuelta a los mercados. Dos de las transacciones que hacen grandes jugadores y que presionan fuerte sobre las reservas internacionales.

Para las multinacionales que igual quieren girar sus divisas a sus casas matrices, el BCRA emitirá una nueva serie de los Bonos para la Reconstrucción de la Argentina (Bopreal). Al igual que para la deuda comercial, que fuentes oficiales calculan en US$ 18 mil millones de saldo. Según pudo saber PERFIL, en los despachos oficiales estiman una suscripción de entre US$ 2 mil millones y US$ 3 mil millones.

El jefe de la cartera económica anunció las medidas en un discurso extenso con foco en los “riesgos” inflacionarios que dejó el gobierno de Alberto Fernández, la especulación de la política y un listado de agradecimientos que dejaron sensación de despedida. El acuerdo con el Fondo prevé que de la totalidad de la suma, un 75% sea ‘front load’, con US$ 12 mil millones inmediatos y otros US$ 3 mil millones repartidos por el año, reforzados con otros US$ 6.100 millones de organismos internacionales. Algo inédito para la entidad que suele dar entre el 15% y el 40%. El marketing del Gobierno es que el ajustazo que aplicó a inicios de su administración fue suficiente para convencer al Fondo de entregar un monto más fuerte.

El ministro también hizo un repaso sobre el tira y afloje con el organismo. Según el relato, el nuevo esquema cambiario estaba listo en agosto, pero la discusión sobre los detalles sobre el nuevo endeudamiento demoró hasta ahora. La novela da cuenta de un FMI que presionó por asegurarse de darle a una Argentina en plena previa electoral y con historia de incumplimientos, fondos que eviten el default, pero con toda la responsabilidad en sus autoridades para administrar las balas en un país de fuerte restricción externa y debilitada al acceso a los mercados internacionales.

El impacto en la inflación aún está por verse. “Es muy difícil de decir porque va a depender de dónde va el tipo de cambio. Lo mismo con las tarifas. A nosotros no nos sorprendería que en dos meses el dólar valiera $ 1.000”, señaló Caputo. El dato de marzo del 3,7% de ayer es el piso con el que juega la administración libertaria.

El programa, por lo pronto, se parece al que cerró el gobierno de Mauricio Macri en 2018 cuando a los pocos meses de anunciado el acuerdo, el entonces titular del BCRA, Guido Sandleris, aplicó un régimen de bandas de flotación. En ese período, luego de que el Fondo Monetario desembolsara la primera parte de los US$ 57 mil millones, salieron unos US$ 15 mil millones. Caputo era el presidente del Banco Central.

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