Tiempo atrás, antes de ser candidato, Javier Milei había dicho que “el FMI no debía existir”. Hoy, consiguió que el Congreso le apruebe un DNU para que el gobierno pueda cerrar un nuevo acuerdo de Facilidades Extendidas con el organismo de crédito. Digno de las formas de la ultraderecha mundial, contradiciéndose, el gobierno se apronta a dejar en la historia un nuevo capitulo de la tortuosa deuda externa para el pueblo argentino. En este artículo queremos hacer una primera aproximación sobre lo que aprobó el Congreso vallado, custodiado con un operativo millonario de las fuerzas represivas, el comportamiento de los partidos que dicen ser opositores y algunas propuestas de cara a lo que se viene.
¿Qué se aprobó?
El DNU aprobado en el Congreso, con 129 votos positivos (quienes acompañaron la iniciativa oficial fueron: el bloque del PRO, la UCR, la Coalición Cívica, el Movimiento de Integración y Desarrollo, Innovación Federal, parte de Encuentro Federal y algunos integrantes del Frente de Todos pegaron el faltazo para facilitar la tarea), valida la posibilidad de que el gobierno acceda a un nuevo Programa de Facilidades Extendidas con el FMI.
Este tipo de préstamos del organismo internacional, el mismo que tomó Martín Guzmán bajo la gestión de Alberto Fernández, prevé: “vencimientos que empiezan 4 años y medio después de que se firma el acuerdo y terminan 10 años después del primer desembolso”. A la vez exige al país que hace uso del mismo: “reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica”. Vale recalcar que los fondos ingresados, en la mayoría de estos préstamos, se utilizan para repagar obligaciones con el propio FMI. Nada de hacer obras públicas o ir a resolver situaciones que urgen a las mayorías. Puede que dentro del paquete de negociación alguna cantidad de dólares sea para tener en disponibilidad. Pero esto no será mucho.
Nada nuevo para el lector, que sólo refresca en su memoria la letra que imponen los burócratas de Washington.
Sin embargo, el hecho de que pueda concretarse el nuevo acuerdo a través del DNU (y no por medio de un tratamiento parlamentario como lo explicita la Ley Guzmán) que aprobó el Congreso adicto a los favores de la banda libertaria, tiene como agravante que esta vez ni siquiera se expondrá al país cuáles van a ser esas condicionalidades específicas que impondrán desde el Fondo, cuál va a ser el monto del préstamo, qué tipo de habilitación le darán al gobierno sobre los fondos ni en qué plazo, efectivamente, se tendrá que devolver la montaña de dólares solicitados. Cómo dijo el propio Caputo en las entrevistas, lo técnico, la letra chica no está en el DNU ni se explicará, queda reservado para la mesa negociadora. Lo que agrava este nuevo acuerdo. Se voto hoy aprobar un DNU sin conocer su contenido económico.
Todo un combo que, para la jurisprudencia mundial existente, sirven como motivos para desconocer un nuevo episodio del robo más importante de la historia económica de Argentina. Desde 1976 a la fecha, la dictadura, el radicalismo, el peronismo en sus diversas formas, el macrismo y, ahora, los libertarios, han atado de pies y manos la economía local con este organismo. Dejando a las claras que la entrega no conoce de “diferencias” políticas entre los partidos patronales y deja expuesto que todo el régimen capitalista argentino se presta a convalidar un modelo de dependencia sin fecha de expiración.
¿Las consecuencias?
No es necesario que el acuerdo se haga público para saber que las reformas exigidas por el Fondo van a ser las siguientes:
- Reforma laboral
- Reforma previsional
- Reforma fiscal
Sí, intentarán seguir barriendo los derechos laborales. Aguinaldo, aportes patronales, vacaciones y hasta la jornada de trabajo, son los puntos en la mira que desde el norte buscarán modificar en cuanto a este ítem.
La reforma previsional buscará seguir deteriorando el ingreso de miseria que hoy cobra un jubilado de la mínima. En los paquetes que refieren a este tema, el FMI se ha especializado en imponer para los trabajadores que están fuera de actividad ingresos que, en comparación con los pocos más de $300.000 que se cobran hoy, sean más paupérrimos. Hasta no se puede descartar que se proponga imponer un nuevo modelo de privatizadas para las cajas jubilatorias.
Sobre el último punto, que ya Milei a avanzado desde que llegó, las directrices profundizarán un modelo regresivo desde el punto de vista fiscal. Llevando los gravámenes de los que más tienen a 0, mientras los impuestos sobre los trabajadores y sectores populares asfixian las economías de la mayoría de las familias.
Y por supuesto tendrá impacto en el mercado financiero, uno de los elementos que busca el FMI es levantar el cepo. Y lo que evalúa el organismo es si este pedido es una exigencia para ejecutar en un golpe o marcar un valor flotante, sucio que le permita devaluar mas silenciosamente.
Además, entre otros de los efectos que provoca este tipo de imposición económica, se encuentra la reprimarización de la economía. Haciendo que la única actividad sea la comercialización de commodities que tiene como saldo grandes efectos sobre el ambiente.
¿Las consecuencias políticas?
El operativo de hoy es un botón de muestra en este sentido. Las medidas detalladas, no pueden más que profundizar el carácter totalitario de un régimen que aspira a seguir horadando los derechos de una población que se encuentra hundida en la pobreza (casi el 60% de la población se encuentra en esta situación).
Acotar las libertades democráticas, es la única política compatible con un ataque frontal de este tipo ante los trabajadores. Por eso, mostrar el despliegue de las fuerzas represivas para Milei y Bullrich es fundamental, ya que es la única forma de darle garantías al FMI de que su plan se pueda cumplir.
El operativo de este miércoles igual, da cuenta que el gobierno tomo nota que brutalidad de la semana pasada fue repudiada por enormes franjas de la población. Y más allá del aval a Bullrich, claramente el cambio responde al descontento que ocasionó el protocolo. Principalmente la situación de Pablo Grillo genera mucho enojo y bronca contra Bullrich y Milei. Y no es para menos. Desde aquí le decimos Fuerza Pablo, Fuera Bullrich.
¿Qué hizo la oposición?
En unos de los momentos más endebles del gobierno de La Libertad Avanza, la mayoría de las coaliciones y partidos apoyó a Milei. Le sirvieron con los votos que necesitaba para conseguir la aprobación de su DNU. Este mecanismo legal, nos referimos a la posibilidad de que pueda blindar su decreto, se debe a una herencia recibida durante el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Desde este último detalle, hasta algunas ausencias convenientes, han sido parte de las colaboraciones que entregó el PJ, más allá de algunos discursos que dieron desde el bloque del Frente de Todos. Además, como lo dejaron a entender desde sus bancas, sólo opondrán resistencia en caso de ser gobierno en 2027. Recién en ese momento, luego de la tierra arrasada que pueda dejar este nuevo capítulo de endeudamiento, dicen que, tal vez, podrían desconocer el acuerdo por la forma en la que se gestó.
Hay posibilidades de no ser cómplices con este ilícito y estafa al pueblo. Más allá del supuesto blindaje institucional que se le brindó al DNU, la calle es la que puede detener el saqueo del país. Y nuevamente el pueblo en la calle mostró su enojo con cantos contra la CGT, exigiendo paro general y gritando que se vayan todos. Será en la calle donde se seguirá enfrentando a Milei y sus cómplices. Grandes mayorías empiezan a sacar la conclusión que Milei se tiene que ir , y con el, sus cómplices.
Final abierto
Todo lo expuesto se conjuga con miles de contradicciones. Las que ha mostrado el gobierno en el último tiempo y, además, las que, centralmente, aporta la calle.
Así como los jubilados han sido la vanguardia en el último tiempo para presentar batalla contra el gobierno de Milei, el episodio del último miércoles arrojó a movilizarse a miles de personas. Estos son elementos que hacen que, más allá de la legalización del DNU, hace dudar al FMI en cuanto al monto que le pueda llegar a aportar al gobierno, más que nada por la experiencia que tuvo anteriormente con Caputo. Un ministro reincidente. Ya que él fue el responsable de que se haya utilizado el préstamo más grande de la historia de ese organismo para la fuga de divisas (algo penado por el estatuto del Fondo). Por otro lado, en medio de turbulencias económicas el gobierno resguardo al ministro de Economía junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausili de que tengan que dar explicaciones en la Comisión Bicameral previa a la sesión.
Más allá de que los U$S 20.000 millones que desea el gobierno no están confirmados, y aún si llegan no serán destinados al pueblo, es una obligación ser el freno de este nuevo ciclo de endeudamiento. Por eso, es algo criminal la inacción de la burocracia sindical de la CGT. Más allá del paro general que han anunciado, es necesario que el mismo sea activo y, también, continuado con un plan de lucha. Y por supuesto lo antes posible, puesto que llega tarde en el marco de lo narrado.
Ese camino es el único capaz de terminar con la historia que Argentina tiene con el Fondo. Una historia que, como lo denunció Alejandro Olmos y sentenció el juez Jorge Ballestero por los 2000, está plagada de ilícitos. Por tal motivo, el desconocimiento, un nuevo proceso de investigación para que paguen los responsables penalmente y el no pago de esta fraudulenta deuda son las únicas políticas que se pueden tener.
El próximo lunes , llenar las calles y ser miles para mostrar a este gobierno negacionista que el pueblo tiene memoria, y seguirá buscando la verdad y exigiendo justicia. Este 24 de marzo es una cita de honor cada año. Pero en este contexto toma un relevancia fundamental. Por los derechos humanos de ayer y de hoy. Son 30000.
Al Fondo, y a Milei el próximo 24 de marzo, hay que decirles Nunca Más.