POLÍTICA
Mientras tanto, Axel Kicillof sigue sin tomar medidas para enfrentar el drama que padecen los bonaerenses.
La provincia de Buenos Aires vive una crisis de inseguridad alarmante, pero el gobernador ultra kirchnerista Axel Kicillof sigue sin tomar medidas para enfrentar el drama que padecen los bonaerenses.
En lugar de enfocarse en combatir el delito, prefiere asistir a marchas ideológicas contra el Gobierno de Javier Milei, dejando en total abandono a los ciudadanos que deberían estar bajo su protección.
En este contexto, un nuevo hecho de violencia sacudió la localidad de Moreno, donde Juan Marcelo Sanabria, un joven de 25 años, fue brutalmente asesinado por delincuentes que le robaron la moto durante la madrugada de hoy.
Una cámara de seguridad registró el momento en el que asesinan a Juan Marcelo Sanabria en Moreno. El joven, intentando escapar de los delincuentes, grita pidiendo auxilio: «¡AYUDA! ¡AYUDA!».
Este crimen ocurrió en la misma zona donde fue asesinado el delivery Lucas Aguilar, quien murió apuñalado tras intentar defender a un vendedor ambulante de un asalto.
| La Derecha Diario
Mientras los bonaerenses mueren a manos de delincuentes impunes, Kicillof sigue priorizando su militancia en lugar de asumir su responsabilidad como gobernador.
Lo más indignante es que, en paralelo a esta escalada de violencia, el mandatario provincial participó recientemente en la marcha LGBT en contra del presidente Javier Milei, a pesar de que el gobierno libertario no impulsó ninguna medida que afecte los derechos de esta comunidad.
La movilización no tenía otra finalidad más que atacar a la administración nacional, demostrando que la militancia kirchnerista sigue más preocupada por mantener su relato que por resolver los problemas reales de la gente.
| La Derecha Diario
El abandono de la seguridad pública por parte de Kicillof no es casualidad, sino una constante en su gestión. Mientras los ciudadanos viven con miedo de salir a la calle, el gobernador sigue sin presentar un plan serio para combatir el delito. Las fuerzas de seguridad brillan por su ausencia, los delincuentes actúan con impunidad y las víctimas se siguen sumando sin que haya respuestas desde el gobierno kirchnerista provincial.
Con esta actitud, Kicillof demostró nuevamente que su prioridad no es la seguridad, sino la militancia ideológica. ¿Cuántas muertes más se necesitan para que el gobernador deje de lado su agenda política y comience a gobernar para la gente?
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