En comunicación con Canal E, el analista económico, Leonardo Piazza, analizó el impacto de la reducción de retenciones y la necesidad de una reforma fiscal integral en Argentina. Aunque la medida anunciada por el Gobierno fue bien recibida, Piazza enfatizó que no resuelve el problema estructural de la carga impositiva.
Según Leonardo Piazza, la reciente baja de las retenciones es una medida positiva, pero «transitoria y parcial». Explicó que si bien representa un alivio para los productores, requiere un gran esfuerzo fiscal para evitar comprometer el superávit. “El 1% del PBI proviene de los derechos de exportación, el 1,6% del impuesto al cheque y el 4,4% de ingresos brutos y sellos”, detalló, señalando que aún persisten impuestos distorsivos que afectan la competitividad.
La reducción de retenciones no tiene un impacto en lo inmediato por la intervención de las provincias
Uno de los problemas es que la reducción de retenciones a nivel nacional no se traduce en un alivio real para los productores debido a la estructura tributaria provincial. «Las provincias terminan absorbiendo ese beneficio a través de ingresos brutos», advirtió.
Piazza criticó la ausencia de una estrategia fiscal coordinada. «La medida del Gobierno tiene un tinte de pragmatismo político, pero sin una reforma integral, el problema de la competitividad persiste». También subrayó que el presupuesto nacional habría sido la herramienta ideal para impulsar un acuerdo entre Nación y provincias sobre impuestos, coparticipación y régimen impositivo laboral.
El impacto de las elecciones en las decisiones económicas
El entrevistado alertó que, sin este consenso, continuarán las medidas aisladas sin impacto estructural. «Estamos en un año electoral y las decisiones parecen responder más a necesidades políticas que a una visión de largo plazo«, lamentó.
El impacto de la carga impositiva no solo afecta a los productores agropecuarios, sino también a otros sectores. Piazza mencionó el caso de las empresas Fintech, como Ualá y Mercado Libre, que han solicitado la reducción de ingresos brutos para evitar afectar a pymes y consumidores. Sin embargo, algunas provincias, como Santa Fe, han aumentado este tributo, afectando la competitividad del sector.
«El problema es que no hay una coherencia entre las decisiones de Nación y provincias. Mientras el Gobierno busca alivios fiscales, algunas provincias suben impuestos para compensar la caída de transferencias automáticas», explicó.