Francisco Facundo Jones Huala, el autoproclamado líder de supuestos pueblos originarios y activista de la violenta Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), fue detenido anteayer en El Bolsón, Río Negro, cuando las cámaras del sistema de monitoreo local lo detectaron intentando forzar dos automóviles. Al ser interceptado a tan solo 100 metros del lugar de los hechos, Huala agredió a la policía a trompadas y puntapiés. Tras ser apresado e intervenir en el caso la fiscalía de turno, 12 horas más tarde estaba insólitamente libre otra vez.
El hecho ocurre en momentos en que el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, da por descontado que miembros de la RAM y algunos grupos llegados desde el conurbano bonaerense tienen vinculación con los incendios en la zona cordillerana, prendiendo fuego maquinaria, quemando viviendas con bombas molotov y aterrorizando a los propietarios y moradores a la vera de la ruta provincial 71. Buena parte de la dirigencia política patagónica local acusa de esos ataques a organizaciones seudomapuches radicalizadas, que estarían actuando como modo de venganza por los operativos de la Gendarmería para recuperar terrenos usurpados.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tildó con razón a Jones Huala de “terrorista”, mediante un posteo que realizó en X, donde advirtió que, de haberse aprobado el proyecto de ley de reiterancia, el activista –cuya protección política durante el kirchnerismo fue tan evidente como cómplice– debería ahora seguir preso.
Tal iniciativa, impulsada por la funcionaria, fue incluida en el temario de sesiones extraordinarias que comenzaron ayer en el Congreso nacional. Al no estar tipificada la reiterancia, una persona puede ser condenada innumerables veces a una pena en suspenso y seguir delinquiendo. De allí lo vulgarmente conocido como “puerta giratoria”. En cambio, de aplicársela, deberá esperar presa hasta que la Justicia termine de expedirse.
La reiterancia ya se aplica, por ejemplo, en Mendoza y en la ciudad de Buenos Aires. Le otorga a la Justicia herramientas para aplicar medidas de coerción que limiten la libertad de quienes caen presos por la sospecha de un delito y ya tienen antecedentes, aun cuando estos no tengan condena (en este último caso corresponde aplicar la figura de reincidencia).
Según reconocidos especialistas en la materia, se trata de un criterio que, acompañado de la necesaria razonabilidad en su aplicación, no afecta el principio de inocencia, en tanto que protege a la ciudadanía de personas que contantemente se encuentran en conflicto con la ley.
Jones Huala no es un desconocido ni para las autoridades policiales ni para las judiciales ni para los vecinos de la castigada zona patagónica que por años han visto usurpadas sus tierras, robados sus bienes y quemadas sus viviendas por este tipo de grupos creados para delinquir a fuerza de mentiras, como la de recuperar para sí territorios de los cuales no tienen forma de demostrar que les pertenecen, y hasta propiciar la inconstitucional conformación de una inexistente “nación mapuche”.
El hecho de que este sujeto haya sido puesto en libertad mientras se investigan los hechos representa, en su caso y en el de muchísimos más en su misma condición, un peligro inminente y, desde la lógica de quienes viven aterrados por la violencia, un proceder inaceptable que los pone nuevamente en serio riesgo.
Huala no solo ha participado de hechos violentos en nuestro país. Ya en 2015 pesaba sobre él un pedido de detención de la Justicia chilena por el incendio de una finca de explotación agrícola en el sur de ese país, ocurrido en 2013, y por la portación de armas de fuego. En 2016, fue detenido por la Justicia de Chubut en un allanamiento, pero poco después la Justicia Federal declaró nulo aquel procedimiento y fue liberado. En junio de 2017 fue nuevamente detenido en un control vehicular de la Gendarmería en la ruta nacional 40 y estuvo preso en Esquel hasta el juicio de extradición que se realizó en 2018. En 2022, recibió la libertad condicional en Chile. Un mes más tarde, la Corte Suprema de ese país revocó el fallo y emitió una orden de detención. Jones Huala se fugó cruzando la frontera, hasta que fue detenido nuevamente, en enero de 2023, en El Bolsón, después de haber deambulado a los gritos por la calle y de haberse escondido en una casa desocupada, donde la policía lo encontró ebrio y vestido de mujer.
Tras cumplir su condena en Chile, el gobierno de Gabriel Boric lo expulsó el año pasado.
Urge que, sin más demoras, los legisladores sancionen la ley de reiterancia, uno de los proyectos del paquete de normas propiciadas por el oficialismo, entre las que también se encuentra la denominada ley antimafias.
Seguir demorando estas normas es desconocer las prioridades de los ciudadanos inocentes, facilitándoles a los delincuentes la posibilidad de seguir cometiendo todo tipo de hechos ilícitos.
Temas
Conforme a los criterios de