Van 2 años seguidos de caída del consumo para navidad, según informes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Para la previa de la navidad pasada (2023), Milei y Caputo habían devaluado implicando un fuerte salto del 120% en el tipo de cambio. Más nafta al fuego a la inflación que traía el gobierno del Frente de Todos con Sergio Massa al mando de las riendas de la economía. Así el año pasado la canasta navideña había aumentado un 223% (más que una triplicación de precios).
Este año, a pesar del fuerte aumento en 2023 que dejó en un piso alto el precio de la canasta, siguió aumentando y más que se duplicó el precio. Según un estudio de la consultora Focus Market sobre la evolución de los precios de la cena navideña para una familia tipo de cuatro personas aumentó un 144% en el último año, y en relación a 2020 un 2.578%.
La consultora elabora 3 categorías de canastas para 4 personas: económica, intermedia y premium. El menú económico que incluye lechón, gaseosa, vino, ensalada de papa y huevo, más un postre compuesto por un kilo y medio de helado y una mesa dulce con pan dulce, budín sin frutas, garrapiñada, turrón de maní, ananá fizz y sidra, cuesta actualmente $87.127. Este menú refleja un aumento interanual del 140% en comparación con los valores del año pasado.
El menú intermedio se ubica en $141.770, lo que representa más de la mitad de un salario mínimo, ubicado en $271.571 para diciembre, o más de un tercio de una jubilación mínima con bono ($329.598). La evolución de precios en relación al año pasado se ubica en un 144%.
Para la versión premium (vale aclarar que no incluye cena en Puerto Madero, ni ninguna extravagancia) el costo es de $235.651, implicando una variación del 114%
Juguetes perdidos
Según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), el ticket promedio rondaría los $17.000 en comercios de barrio y $35.000 en cadenas. Según un informe de esta cámara el último Día del Niño las ventas cayeron 16% en unidades y el desempeño de la temporada de fin de año pasado cayó un 8%, “las expectativas son moderadas para el cierre de este año” dijo Matías Furió, presidente de la CAIJ a un medio.
Según el informe de CAIJ, el 85% de las transacciones se están realizando con las tarjetas de crédito, que ofrecieron descuentos y cuotas fijas sin interés, con topes de reintegro “importantes”. Endeudarse en cuotas se hace costumbre, ante el gran beneficio de los bancos en “captar mercado”. Por último, el informe registró en lo que va del año una caída interanual del 13% en unidades entregadas en jugueterías, “producto de la retracción del consumo en la primera parte del año”.
Por otro lado, el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informa una caída interanual del consumo minorista del 1,7% para noviembre, acumulando así un desplome del 12,2% en los 11 meses del año. Salvo el rubro textil e indumentaria, todos los rubros mostraron pérdidas acumuladas en lo que va del año.
Felices fiestas
Fue un año duro para la clase trabajadora, jubilados y sectores medios. Como contracara fue una fiesta para las grandes empresas, los bancos y las privatizadas. Según los últimos datos disponibles del Indec de septiembre, los salarios del conjunto de la clase trabajadora, formal e informal, perdieron un 5,7% en relación a noviembre de 2023, con desigualdades al interior, los trabajadores informales y públicos son los más afectados con pérdidas de más del 16%.
Por otro lado, el poder de compra de las jubilaciones registra en promedio (11 meses) una caída real de 21% respecto del mismo período de 2023, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
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Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) dependiente de la UBA-CONICET, informa que con Milei creció aproximadamente 1 punto porcentual la informalidad ubicándose en 36,7% (4 de cada 10 asalariados son informales). De este grupo, el informe indica que el 63% vive en hogares pobres, mientras que en los trabajadores formales llega al 27%.
La pobreza en los trabajadores no se explica sin la gran complicidad de las grandes centrales sindicales con el Gobierno libertario (y los distintos gobiernos). La tregua a los fuertes ataques de Milei y la doctrina del FMI deja una realidad donde un millón de niños se acuestan sin cenar en un país productor de alimentos.
Este año, sin embargo, hubo sectores que enfrentaron el ajuste de Milei como los estudiantes, los jubilados, trabajadores como aeronáuticos, aceiteros, docentes y las asambleas barriales por mencionar algunos. La “solidaridad de clase” es de tradición en un país que ha enfrentado a sus verdugos a pesar de sus dirigentes.
Hay que seguir en cada lucha, y pelear para organizarse desde abajo, unir las distintas luchas y exigir a los dirigentes sindicales que terminen la tregua y convoquen a acciones para enfrentar la motosierra que quiere imponer el Gobierno, hasta “que la tortilla se vuelva”.