lunes, 23 diciembre, 2024
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La isla europea con solo 20 habitantes que tiene más de un millón de pájaros y está dentro del círculo polar ártico

La isla de Grímsey, situada a unos 40 kilómetros de la costa norte de Islandia, es un enclave remoto que se distingue no solo por sus escasos 20 habitantes permanentes, sino también por la impresionante población de aves marinas, que supera con creces a los humanos en una proporción de 50.000 a uno. Esta isla gélida es la única porción de Islandia situada dentro del círculo polar ártico, un hecho que contribuye a su singularidad y atractivo turístico.

Según la BBC, hasta el año 1931, el acceso a Grímsey solo era posible a bordo de un pequeño barco que llegaba dos veces al año. Hoy en día, los aventureros pueden llegar mediante vuelos de 20 minutos desde Akureyri o en un transbordador de tres horas desde Dalvik. La isla es conocida por su rica avifauna, que incluye frailecillos, gaviotas tridáctilas y charranes árticos. Esta isla alberga uno de los asentamientos más remotos de Europa y una floreciente población de aves marinas.

Halla Ingolfsdottir, una guía turística local y residente de la isla, explicó a la BBC que a pesar de la escasez de servicios como hospitales o comisarías, los isleños están capacitados por los servicios de emergencia para enfrentar cualquier situación que se presente. “Cuando vives aquí, debes aprender a ser flexible”, dijo Ingolfsdottir, destacando la autosuficiencia de la comunidad.

La historia de Grímsey está profundamente enraizada en las tradiciones locales. El nombre de la isla está vinculado a un colono nórdico, Grimur, quien navegó desde Noruega occidental. A lo largo de los años, la isla ha enfrentado numerosos desafíos, incluida la casi extinción de su población en el siglo XVIII debido a enfermedades y accidentes marítimos. Sin embargo, logró resistir con la ayuda de pescadores que llegaban de otras partes.

Halla Ingolfsdottir también gestiona una casa de huéspedes en la isla y se encarga diariamente de verificar el funcionamiento de la planta eléctrica que abastece al lugar. Grímsey está tan apartada que no está conectada a la red eléctrica nacional, y toda la isla depende de un generador diésel para funcionar.

En invierno, Grímsey vive noches polares de total oscuridad

La ubicación geográfica de Grímsey, a 66 grados de latitud norte, le confiere el estatus de única parte de Islandia situada dentro del círculo polar ártico. En 2017 se levantó una instalación artística llamada Orbis et Globus para marcar esta peculiaridad. “Ha sido una gran herramienta de marketing para la isla”, señalaba Ingolfsdottir a la BBC.

Durante el invierno, Grímsey experimenta las noches polares en las que la oscuridad total se extiende desde principios de diciembre hasta mediados de febrero. “La oscuridad no me molesta. Sabemos que volverá a amanecer”, comentó Ingolfsdottir. Los isleños combaten la penumbra decorando sus hogares con luces navideñas, las cuales permanecen hasta febrero.

Halla Ingolfsdottir confiesa que se enamoró de la isla por “la magia, la forma de vida de sus habitantes, y la naturaleza que es una fuerza poderosa aquí”, según detalló. En cuanto al futuro, Ingolfsdottir planea un retiro para escritores y creativos, proyectando convertir la isla en un espacio tanto para turista como para personas creativas.

Finalmente, aunque los charranes no ataquen a todos los visitantes, la isla ofrece una experiencia única que combina la majestuosidad de sus paisajes con la calidez de sus habitantes. “Una de las cosas que me encantan de esta isla es lo personal que es”, finaliza Ingolfsdottir.

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