En un mundo cada vez más digitalizado, las empresas vencen obstáculos y amplían oportunidades al adoptar nuevas tecnologías. Argentina no es la excepción, y los empresarios del país deben superar barreras internas y externas para mantenerse competitivos en el mercado global. Los ejecutivos de esta década estamos presenciando en primera persona una de las revoluciones de los sistemas productivos y sociales más veloces en la historia del ser humano. En menos de 20 años, la realidad ha cambiado rotundamente, y, probablemente, en menos de 10, la mayoría de los negocios serán transformados en la forma de producir, vender y relacionarse con clientes, empleados y proveedores.
En este contexto, uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas argentinas y latinas es la necesidad de aprender, incorporar todas estas tecnologías. A pesar de que son más accesibles hoy en comparación con hace 15 o 20 años, el verdadero reto radica en saber qué herramientas están disponibles y utilizarlas de manera efectiva. Esto implica entender cómo integrarlas en el negocio para impulsar la innovación y mejorar los resultados. La falta de este conocimiento puede ser un obstáculo significativo. Frente a este panorama, las empresas proveedoras de servicios IT tienen la responsabilidad de educar a sus clientes para que se beneficien al máximo de las oportunidades ofrecidas.
Otro reto importante es mantener una visión estratégica a largo plazo. En un país donde la coyuntura económica y política puede ser volátil, es más probable quedar atrapado en las necesidades diarias, perdiendo de vista el panorama general. Sin embargo, para innovar y crecer, es crucial que los líderes inviertan el tiempo necesario para aprender y estudiar las tendencias tecnológicas, planificando con una perspectiva de al menos dos o tres años.
Entre estas tendencias, la Inteligencia Artificial (IA) se destaca como protagonista. Lejos de ser solo una moda, está transformando la productividad de las empresas y la vida cotidiana. La adopción de la IA irrumpe en los modelos de negocio tradicionales, permitiendo a las empresas interactuar de manera más rápida y eficiente con sus clientes, aumentar la productividad y personalizar productos y servicios.
A medida que crece la demanda de soluciones ágiles y especializadas, la IA proporciona insights anticipados que facilitan la toma de decisiones más informadas. Aunque otras tecnologías emergentes también están produciendo un gran impacto, la IA se posiciona como el motor principal de esta transformación, gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y ofrecerlos en tiempo real, no solo como información para la toma de decisiones, sino también actuando proactivamente en la recomendación de acciones.
Otra tendencia que se destaca por implementarse en cada vez más empresas son los servicios tecnológicos bajo el modelo SaaS (Software como Servicio), que se ha convertido en la norma para muchas empresas. Si bien este modelo surgió hace varios años, en el último tiempo ha crecido su demanda considerablemente, ya que permite un consumo más flexible de la tecnología, adaptándose a necesidades más exigentes de transacciones y volúmenes, lo que facilita la valorización del servicio.
En el mercado tecnológico, la especialización es clave. Las soluciones de gestión, como los ERPs, han evolucionado de ser generalistas a ofrecer productos altamente especializados en sectores como el agro, la industria y el retail, diseñados específicamente para abordar los desafíos únicos de cada sector.
Las empresas de tecnología no escapamos de esta realidad y tenemos la responsabilidad de mantenernos capacitados y actualizados. La rapidez del avance, especialmente en áreas como la IA, exige que los equipos se comprometan a un aprendizaje continuo. Solo así podrán transferir este conocimiento a los clientes y ayudarles a implementar innovaciones de manera efectiva. Superar este desafío no solo implica estar a la vanguardia, sino también mejorar la competitividad y facilitar que los clientes sean más eficientes e innovadores.
Uno de los obstáculos más comunes es lograr que los empleados adopten nuevas tecnologías con la misma naturalidad que en su vida personal. Desde mi experiencia, una estrategia clave para fomentar esta adopción es crear un entorno donde la innovación forme parte de la cultura corporativa. Inspirar a los equipos a adoptar nuevas herramientas y tecnologías requiere abrir espacios para la experimentación y el intercambio de ideas… Un gran desafío cultural para los líderes.
Otro de los grandes dilemas actuales es si la Inteligencia Artificial reemplazará algunos, muchos o todos los trabajos realizados por el hombre. En mi opinión, si bien veremos que algunos trabajos sí serán totalmente reemplazados, en la mayoría de los casos, la IA potenciará exponencialmente las habilidades del ser humano y la productividad de las personas y profesionales. Por eso me gusta imaginarlo más como el traje de Iron Man, donde Tony Stark, un ser humano normal, se transforma en un superhéroe gracias a la combinación de sus habilidades con la tecnología. Aunque algunos roles laborales puedan cambiar, la IA ofrece una oportunidad única para multiplicar el potencial, especialmente en las empresas medianas, donde las personas siguen siendo esenciales para la transformación digital.
Dado que la IA se ocupará cada vez más de la especialización, debido a su capacidad infinitamente superior de incorporar conocimiento, serán cada vez más necesarios perfiles y personas con una visión muy holística, multidisciplinaria y generalista. Creo que los argentinos contamos con estas cualidades, tanto por las coyunturas que enfrentamos, que nos obligan a superar desafíos continuamente, como también por el perfil cultural que tenemos como sociedad, por lo cual tenemos todas las características necesarias para ocupar un rol importante en la era de la Inteligencia Artificial.
Siempre nos hemos destacado en el mundo por nuestra capacidad de adaptarnos y encontrar soluciones innovadoras, y en este nuevo escenario, estos perfiles serán muy estratégicos y valiosos. La clave para lograrlo es centrarse en el desarrollo tanto de las empresas como de las personas, para que podamos ofrecer servicios basados en esa capacidad que ya está demostrada. Muchos de los unicornios más importantes de América Latina son argentinos, lo que prueba que contamos con el talento necesario. Además de la formación académica, hay un factor humano clave que debemos potenciar, lo que representa una gran oportunidad para que Argentina se convierta en una potencia digital.