MADRID.– TikTok, la red social que ensalza las tendencias de belleza con la misma rapidez con la que las quema, tiene una nueva obsesión: la cara de cortisol. Sus más de 122 millones de publicaciones con los hashtags “cara de cortisol” o “cara de cortisol antes y después” muestran a personas con una cara redondita que se vuelve angulosa y con la mandíbula perfectamente marcada tras seguir una serie de consejos como practicar yoga facial, beber mucha agua, reducir el consumo de cafeína o realizar un masaje en el rostro con piedras de jade o ventosas. Muchos de estos videos comparten un lema: “No eres fea, solo tienes cara de cortisol”.
Que levante la mano quien no se haya levantado alguna vez con el rostro hinchado… ¿de verdad es por el exceso de cortisol? Empecemos por averiguar de qué estamos hablando. “El cortisol es una hormona que producen las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, y que el cuerpo libera en situaciones de ansiedad o cuando los niveles de glucocorticoides en sangre son bajos, por eso muchos la conocen como ‘la hormona del estrés’. Entre sus funciones, regula el metabolismo, controla la inflamación y mantiene la presión arterial. Su papel frente al estrés es vital porque nos aporta la energía necesaria para afrontar situaciones difíciles”, explica Blanca Galofré, nutricionista integrativa especializada en dietética energética.
Los expertos consultados coinciden en que un exceso de cortisol puede provocar hinchazón, pero advierten que no toda hinchazón está provocada por el cortisol. “La falta de sueño, la retención de líquidos, el consumo abundante de sal, algunas alergias, problemas hormonales, el alcohol e incluso ciertos medicamentos también provocan hinchazón en el rostro. Por eso los autodiagnósticos en redes sociales siempre son peligrosos”, advierte Ana Molina, dermatóloga del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet) y divulgadora científica.
Los millones de videos de TikTok afirman que los picos de estrés se reflejan en un rostro hinchado con más líquido y grasa de lo normal. “Hay que aclarar la cara de cortisol es un término coloquial que se utiliza para describir los efectos físicos del estrés crónico como la hinchazón, el envejecimiento prematuro, el acné u otros cambios en la piel. No es un término médico”, dice Galofré. “El estrés prolongado y crónico puede alterar el metabolismo y aumentar el almacenamiento de grasa en la cara, abdomen y cuello. Es cierto que los niveles elevados de cortisol provocan una serie de cambios faciales como hinchazón, acumulación de grasa, aparición de acné y pérdida de colágeno que lleva a un envejecimiento prematuro. Además, el estrés afecta a los niveles de hidratación y pueden presentarse procesos opuestos: piel deshidratada o, al contrario, una sobreproducción de grasa que desencadena en procesos inflamatorios de acné”, sostiene Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
Sin cortisol no podemos vivir, pero con niveles excesivos tampoco. “Los niveles insuficientes provocan un aspecto apagado, con una piel menos elástica y una mayor tendencia a las infecciones. Además, el cortisol influye en los ciclos de sueño: un exceso puede causar insomnio y los niveles bajos cansancio constante. El cortisol elevado también reduce el deseo sexual y afecta a la energía diaria”, aclara Claudia Benavente, nutricionista de Nutralie. “Los niveles excesivos y constantes de cortisol, así como la ingesta de corticoides orales o sistémicos durante mucho tiempo, se relacionan con el síndrome de Cushing, un trastorno endocrino raro y más grave que no debe confundirse con la cara de cortisol. Culparía a la hormona del estrés de síntomas menores como el empeoramiento del acné, alteraciones del ritmo circadiano, ligera hinchazón, sequedad, etc. Pero síntomas mayores como la cara de luna llena o el síndrome de Cushing se asocian a una subida de cortisol más grave y patológica”, agrega Molina.
¿Existen los niveles adecuados de cortisol?
Sus niveles varían a lo largo del día. “Siguen un ritmo circadiano similar al de vigilia y sueño: por la mañana son más altos, desde 5 hasta 25 microgramos por decilitro, y por la noche bajan. Para detectar los niveles hay que realizar un análisis de sangre matutino y complementarlo con estudios de orina durante 24 horas”, detalla Molina.
Tan perjudicial es tenerlo alto como bajo. “El cortisol alto puede hinchar el rostro, alterar el metabolismo y favorecer la acumulación de grasa facial. Además, a muchas personas el estrés les lleva a comer en exceso o a consumir alimentos poco nutritivos que también afectan a la acumulación de grasa. Los niveles insuficientes provocan fatiga extrema, debilidad muscular, pérdida de peso, bajo apetito, presión arterial baja y, en algunos casos, hiperpigmentación”, añade Galofré.
“Para combatir acné, la hinchazón, la grasa facial o la sequedad relacionadas con el exceso de cortisol es importante cuidar la piel, seguir una dieta equilibrada, practicar técnicas de relajación como el yoga o la meditación, y visitar a un dermatólogo en cuanto aparezcan los primeros síntomas. Entre los alimentos reductores del estrés y sus efectos en el cuerpo recomiendo los ricos en triptófano, que aumentan la producción de serotonina; los carbohidratos complejos para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y el magnesio, la vitamina C y los ácidos grasos omega 3 para reducir la inflamación”, describe Galofré.
La nutricionista Claudia Benavente apunta que “es importante evitar los azúcares, las grasas saturadas y los alimentos procesados porque contribuyen al desequilibrio hormonal. Podemos reducir los efectos del estrés con ejercicio regular, un sueño adecuado y una buena hidratación. El ejercicio físico ayuda a reducir los niveles de cortisol, promueve la liberación de endorfinas y mejora el estado de ánimo. Además, contribuye a mantener una piel más sana y a reducir la inflamación”.
Cosmética para frenar los efectos en el rostro
¿Puede la cosmética lograr que el estrés interno no se refleje fuera? “Recomiendo acudir a activos calmantes y equilibrantes, y obviar la cosmética muy activa. Conviene incorporar a la rutina fórmulas que potencien la hidratación con ingredientes calmantes para bajar rojeces y evitar procesos inflamatorios, como la niacinamida o la centella asiática”, indica Lara González, cosmetóloga en Byoode. También será útil “usar cosméticos que potencien la función barrera para que la piel no se sensibilice con facilidad; en este sentido, el escualeno y los omegas son mis favoritos. Pequeños gestos como ponerse una mascarilla semanal son una buena oportunidad para parar y meditar”, comenta Raquel González.
Muchos advierten que la aromaterapia juega un papel importante. “Las fragancias activan el sistema límbico cerebral que conecta con determinadas situaciones. Debemos rodearnos de olores equilibrantes como el vetiver, el geranio o el sándalo”, propone Bella Hurtado, de Aromatherapy Associates. “Podemos cuidarnos incluyendo velas con aromas relajantes y con baños con aceites esenciales para potenciar un balance entre emociones y el estado de nuestra piel”, suma.
Las piedras gua sha, rollers, ventosas y demás herramientas de masaje ayudan a descongestionar y logran bajar la hinchazón, pero los expertos destacan que el efecto es muy inmediato. “Para utilizar estas herramientas masajea suavemente la piel en dirección ascendente para estimular la circulación, favorecer el drenaje y liberar la tensión. Entre sus beneficios aumentan el flujo sanguíneo y linfático, como cualquier masaje realizado con ese fin en la zona; alivian la tensión, estimulan el drenaje linfático y promueven una apariencia saludable en la piel. Pero sus efectos no son duraderos en el tiempo”, concluye Estefanía Ferrer, ingeniera química y consejera delegada y fundadora de Lico Cosmetics.
Por Olga Tarín Checa
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