miércoles, 25 septiembre, 2024
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Hermetismo, la nube que oscurece a la UNSJ por el caso Bloch

En la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), el silencio reina tras la sesión secreta del Consejo Superior llevada a cabo el pasado jueves 19 de septiembre. El encuentro, envuelto en hermetismo, tiene como protagonista al decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Rodolfo Bloch, quien fue acusado de acoso laboral y sexual por una trabajadora de la facultad en abril del año pasado.

La sesión del Consejo Superior, en la que se decidió el archivo de la acusación contra Bloch, generó una controversia aún mayor debido a la falta de información oficial sobre el desarrollo de la sesión secreta.

Este medio intentó contactar con miembros del estamento estudiantil y otros consejeros superiores, pero la respuesta fue la misma: “No puedo dar información porque fue una sesión secreta”, fue lo que indicaron varios de los participantes.

Un consejero de renombre  que pidió no ser identificado expresó: «Dado el carácter de reunión secreta estipulado por ordenanza y estatuto, no puedo darte la información. Soy respetuoso de la reglamentación más allá de compartirla o no».

El caso de Bloch no se limita solo a la denuncia de acoso. Fuentes cercanas a la facultad de Exactas plantearon la postura en este medio, de que se trataría de una posible operación política interna que estaría relacionada con la presión ejercida sobre el decano.

Según información en off proporcionada a este medio, indicaron que la denunciante habría realizado ciertos pedidos que Bloch no accedió a cumplir, lo que desató el conflicto. Además, informaron que la mujer que radicó la denuncia en la Oficina de Género, habría sido trasladada previamente  de otras unidades académicas debido a problemas en su relación con otros colegas, incluso siendo acusada de maltrato y de faltas en su labor. Incluso, expresaron que un alto funcionario de la universidad apoyó la denuncia porque lo querría afuera del mapa de la UNSJ al Decano de Exactas, a tal punto de unirse a la denunciante para ‘armar’ la causa.

En este punto, Diario 13 habló con el supuesto instigador: «es una conducta muy típica de este tipo de personas buscar culpables y conspiraciones en lugar de reconocer sus faltas con humildad y pedir perdón a la víctima y a toda la institución que se ve envuelta en un escándalo provincial por el narcisismo de una autoridad», respondió.

Esa versión de pasillo, no habría sido puesta en la mesa en la investigación llevada a cabo por la Dirección de Asuntos Legales de la UNSJ y la Oficina de Género, que concluyó que Bloch era culpable de los hechos denunciados.

Sin embargo, la votación realizada el jueves pasado dejó dudas sobre el futuro del decano ya que el caso quedó archivado por decisión de los consejeros. «Que Rodolfo es un acosador, eso está confirmado», aseguró una importante figura de la UNSJ en off.

Lo que se conoce hasta ahora es que los resultados de la votación fueron determinantes para el archivo del caso, pese a la investigación que señalaba a Bloch como culpable. Según trascendidos, entre los que votaron en contra de la destitución del decano se encuentran algunos consejeros del estamento docente, incluyendo a la vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas, Natalia Núñez. En cambio, todo el estamento estudiantil habría votado a favor de su destitución, al igual que el rector Tadeo Berenguer y Jorge Cocinero, entre otros. Lo que llama la atención es que los decanos y directores de la Escuela Universitaria se habrían abstenido de votar, eso generó un mayor desconcierto respecto a su postura en este caso tan delicado.

Cabe considerar que los informes de Asuntos Legales coincidieron en que Bloch era culpable, pero surgieron diferencias respecto a la pena. La ordenanza de 1982 establece dos opciones de sanción para casos de esta naturaleza: una suspensión de 30 días, considerada demasiado leve para la gravedad de los hechos, y la exoneración, vista como excesiva en base a las pruebas presentadas.

Esta dicotomía generó debates en el Consejo Superior sobre cuál sería la sanción justa.  Frente a esta situación, y sin un acuerdo sobre cómo proceder, el caso fue archivado. Según la normativa universitaria, sin una decisión clara sobre la sanción, la única opción que queda es el archivo del caso. Esto significa que, desde el punto de vista administrativo, la Universidad no impondrá sanciones a Bloch, al menos por el momento.

«Sabemos que 19 votos fueron a favor de su destitución, pero se necesitaban 26 para lograr las dos terceras partes requeridas. Con solo una mayoría simple, el caso fue archivado», explicó el Consejero Jorge Cocinero el último lunes en Canal 13. 

En conversación con un medio provincial, la denunciante calificó el accionar del Rectorado como «deplorable» y mostró su disconformidad con la tibieza de las autoridades. “Para mí, debía ser echado. Los resultados de la investigación lo daban como culpable, pero las autoridades no actuaron como correspondía”, sentenció.

El hermetismo de la UNSJ y el archivo del caso Bloch generó una profunda división entre los distintos estamentos de la universidad, así como en la opinión pública. Mientras algunos defienden el carácter secreto de la reunión y la legalidad del proceso, otros consideran que el silencio y la falta de acción ponen en riesgo la transparencia y la credibilidad de la institución.

Esto fue en palabras de Jaime Barcelona, titular de ADICUS, quien en Cien por Hora expresó su disconformidad por el manejo del caso y dijo: «Nosotros nos hemos pronunciado a favor de la víctima, por supuesto». También refirió que «Vamos a pedir al Consejo Superior que desarchive lo sucedido el jueves, que se acaben las sesiones secretas porque están sirviendo para que los cobardes actúen con impunidad, y que se lleve adelante lo que pide el sumario».

Lo mismo hizo Jorge Cocinero, quien indicó que en caso de llegar a encabezar el rectorado en la próxima gestión, eliminaría este sistema falta de transparencia:  «Si nosotros somos gobierno el año que viene, uno de los temas que vamos a trabajar es la modificación del estatuto para que las sesiones no sean secretas en casos de tanta gravedad. La universidad no es un hecho aislado, somos parte de una comunidad que tiene derecho a saber qué se está haciendo», declaró.

Este caso dio mucho que hablar, a tal punto que el grupo Mujeres Universitarias (compuesto por docentes, nodocentes, alumnas y graduadas)  repudiaron la decisión de archivar la causa. Mediante un comunicado mencionaron: «Nos hemos trazado un camino de lucha contra las violencias en nuestra Universidad, que creemos que colisiona con el resultado de la votación del Consejo Superior el jueves pasado 19-9: el pase a archivo de la causa iniciada contra un Decano a partir de la denuncia de acoso sexual y laboral por parte de una trabajadora nodocente de su unidad académica”. En sus palabras, aludieron a que se siente decepcionada por el hecho, más aun teniendo en cuenta que en la Universidad históricamente ha promovido una política de género, por ello consideraron inconcebible que ignoren las recomendaciones de la Oficina de Género contra las Violencias y Discriminación. 

En consonancia con ello Edith Liquitay  que es parte del Movimiento de Mujeres Sanjuaninas, dijo en Banda Ancha que «Ella (la denunciante) ha tenido que interrumpir toda su vida y el decano figura en actos públicos impune». En esta línea sumó que «El Consejo Superior puede rechazar el acta y comenzar con el tema de nuevo».

Aunque la votación secreta archivó la causa interna, las repercusiones continúan, más con lo indicado por Barcelona que aludió a que los docentes van a pedir que sea desarchivado. A su vez nacen las dudas, ya que la instancia que le queda a la denunciante es ir a la  justicia. En paralelo esta semana habría reunión del Consejo Superior para rever el caso, teniendo en cuenta el revuelo que hubo y que los puso bajo el ojo de la tormenta. 

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