miércoles, 25 septiembre, 2024
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Experto en seguridad analizó la relación entre la política y la policía

Marcelo Saín, exministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, presentó su libro «La gorra y la tonfa», una obra que compila una serie de trabajos que abordan la compleja relación entre la política y la policía en Argentina, especialmente en un contexto donde las expectativas sobre el control del crimen son desmesuradas.

En diálogo con Canal 13 San Juan,  criticó la falta de reformas en las estructuras policiales, que permanecieron casi intactas durante 50 años, y resaltó que el enfoque en aumentar la cantidad de efectivos sin capacitación adecuada contribuyó a la frustración en el manejo de la seguridad.

«Siempre tuve la preocupación de adentrarme en la relación entre la política con la policía en función de los temas de seguridad», indicó Saín en el programa Banda Anda, y recordó que el fenómeno de la inseguridad en el país comenzó a intensificarse en un contexto global, «particularmente cuando en Argentina apareció el fenómeno de la inseguridad allá por fines de los años 90, cuando el país adquiere altas tasas criminales, y la respuesta que da la política de manera inmediata no es diferente a lo que ocurrió en EEUU o Inglaterra».

En este sentido, Saín criticó la creencia errónea que sostiene que el debilitamiento de la policía es la causa principal del aumento del crimen. «La burocracia experta en estos temas, para la política, era la policía, el problema del auge del crimen está vinculado al debilitamiento de la policía». Esto generó «expectativas infundadas» respecto a lo que la policía puede lograr. «Hay muchos estudios en el mundo que dan cuenta de que es exiguo lo que las policías pueden hacer en materia de control de crimen, aunque se crea otra cosa».

El autor subrayó que esta desconfianza en las capacidades policiales dejó a la Argentina con una brecha enorme en términos de efectividad. «Toda la expectativa que la política argentina depositó y sigue depositando en la institución policial como única instancia de control del fenómeno criminal genera frustraciones». Para Saín, esta problemática se agrava aún más por la falta de reformas en las estructuras policiales. «En Argentina nunca hemos emprendido procesos de reforma y modernización de las estructuras policiales vigentes desde hace 50 años, con lo cual tienen un formato institucional antiguo, elaborado como una policía de Estado muy poco volcada a la problemática criminal».

En su análisis, Saín destacó la necesidad de focalizarse en cómo la policía puede prevenir delitos. «Se ha empezado a focalizar el análisis acerca de cuánto la policía puede prevenir los delitos. La verdad es que la mayoría de esos estudios dan cuenta de que lo puede hacer en la medida que tenga una forma de intervención sobre los territorios focalizado a lo que son, digamos, las problemáticas criminales». El exfuncionario enfatizó que es fundamental conocer dónde y cómo se cometen los delitos para implementar una estrategia efectiva. «Si no se identifican los focos criminales, es muy difícil que la policía pueda tener eficacia en la prevención de esos eventos», dijo.

Para Saín, el conocimiento de las dinámicas del crimen es crucial, «siempre teniendo en cuenta que las policías pueden tener alguna presencia donde esos hechos van a ocurrir, porque el delito es reiterativo». Saín explicó que las características de tiempo y lugar en los delitos son patrones que se replican.

En ese marco, criticó la forma en que se implementa la seguridad en Argentina, donde la tendencia es aumentar la cantidad de efectivos y patrulleros sin considerar la calidad de la formación. «Hoy tenemos policías que lo que hacen es control de poblaciones, y control de poblaciones sobre los centros protegidos de las grandes ciudades. No hay identificación de focos criminales y policiamiento sobre esos focos criminales». En este punto, enfatizó que «la capacidad de la policía de respuesta es una capacidad exigua en términos generales, pero no está en la Argentina estudiado esto».

A lo largo de la charla, Saín continuó criticando la falta de preparación de los cuerpos policiales. «Lo único que se dice en la Argentina, por derecha y por izquierda, es poner más policía, más patrulleros, más videovigilancia y más policías en la calle. No importa si esos policías son capaces, no son capaces». En contraste, mencionó el modelo español: «En España un policía se capacita en tres años y tiene para ser seleccionado un candidato a policía unos seis meses de estudios psicológicos, personales, de capacidades. Acá en la Argentina en seis meses estamos choriceando policías en las academias nuestras a partir del orden cerrado porque creemos que hacemos policías a patadas en el culo. Entonces hay una deuda pendiente de la democracia en este sentido, y me parece que eso lo refleja claramente este libro», sentenció.

Más adelante, abordó la relación del Estado argentino con el narcotráfico al indicar que «la Argentina es una muy buena fuente de confirmación de que el Estado participa en el negocio del narcotráfico». Según su análisis, los mercados de drogas en Argentina crecieron «al amparo de lo que ha sido la regulación de las policías, la complicidad entre la política y la policía en este contexto no es nueva».

Saín sostuvo que «la política y los gobiernos conservadores en aquel momento, peronistas después, de carácter progresista, siempre le han dado a la policía el manejo de las ilegalidades en general, siempre que esas ilegalidades no generen escándalos políticos». Con esta afirmación sugirió que el narcotráfico no es solo un problema criminal, sino también un fenómeno profundamente arraigado en la estructura política del país.

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