Luego de sus cruces con Javier Milei en las redes sociales, Cristina Kirchner reapareció públicamente este viernes en la localidad bonaerense de Merlo, donde recibió la distinción Honoris Causa de la Universidad Nacional del Oeste (UNO), y en duro discurso contra el Gobierno nacional le pidió al Presidente:»Lárguelo a Friedman, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino y pónganse a gobernar».
En el marco de la entrega del título, la exmandataria brindó una conferencia magistral titulada «Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido», junto al intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, y al rector de la UNO, Roberto Gallo. Entre los asistentes estuvo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof y su vice, Verónica Magario, además de numerosos intendentes, senadores y diputados, funcionarios bonaerenses y referentes del peronismo y de fuerzas aliadas.
En su alocución, que comenzó alrededor de las 17:30, Cristina identificó a la deuda en dólares como el principal problema económico de la Argentina, en el marco de una economía signada por la escasez de divisas. «El déficit fiscal no es lo mejor que le puede pasar a un país, pero alguna razón debe haber para que después del 2008 muy pocos países del mundo tengan superávit fiscal», señaló.
Sobre este aspecto, la expresidenta manifestó que eso «no quiere decir que todos los demás países sean degenerados fiscales», sino que «el problema es cuando no se tiene financiamiento para ese déficit». «En la Argentina la unidad de valor es el dólar; el atesoramiento es también en dólares; y el peso es para la transacción», analizó.
Acto seguido, cruzó a la administración de Mauricio Macri por el proceso de endeudamiento que llevó adelante y realizó un repaso por las dos crisis que tuvo que atravesar durante su primer mandato como presidenta: el conflicto con las patronales agrarias y la caída de Lehman Brothers.
Recordó, además, que entre el 2003 y 2008 los gobiernos suyo y de Néstor Kirchner «completaron un ciclo de superávit fiscal con crecimiento e inclusión social». «Que se mueran todos de hambre y te sobre la plata es fantástico; la gracia está en que la gente coma y vos puedas administrar el Estado. No es solamente la macroeconomía: es gobernar un país», señaló.
En otro pasaje, la exvicepresidenta manifestó que «todos quieren levantar el cepo»: «Macri lo levantó reventando el país de vuelta, trajo al FMI de vuelta y tuvo que poner el cepo de vuelta, con 200 mugrosos dólares, que es lo que sigue hasta hoy. Pasaron macristas, peronistas y libertarios, y el cepo sigue».
Fue en ese tramo cuando disparó munición gruesa contra al presidente Milei, a quien le pidió «lárguelo a Friedman, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino, y por favor siéntese a administrar el país».
No obstante, le reconoció al economista libertario haber logrado la remoción de Rodrigo Valdés como supervisor del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el caso argentino, a quien definió como una persona que «no era muy amiga de la Argentina».
Allí lanzó un tiro por elevación al expresidente Alberto Fernández. «Me hubiese gustado que ese empeño lo hubieran tenido otros», dijo, y le sugirió a Milei: «Yo aprovecharía es ímpetu para ver si puede lograr tener un esquema de vencimientos que sea compatible con la capacidad de pago del país».
Posteriormente, Cristina Kirchner se refirió a la «Argentina de hace 100 años» -modelo recurrentemente ponderado por la gestión de La Libertad Avanza- y aseguró que ese país «era un desastre». «Basta, Milei, de engañar y envenenar a nuestros pibes. Hace 100 años éramos un desastre. Pero además, si estábamos tan bien, ¿por qué te creés que vino el peronismo, hermano? A ver si los gorilas se avivan un poco de una vez», fustigó.
Sobre este aspecto, la expresidenta criticó al sistema educativo argentino, al considerar que «si la educación argentina hubiera llegado a todos los rincones, no podría venir un lunático a decir cosas que no sucedieron, que son mentira, cosas que no existen realmente».
Antes del cierre, Cristina dejó un mensaje para la Confederación General del Trabajo (CGT), cuya tarea central, evaluó, «tiene que ser pedir que los trabajadores en relación de dependencia del primer tramo también igualmente que los trabajadores informales de la AUH».
«Aun conservando la tasa de sindicalización más alta de Latinoamérica, tampoco podemos ignorar que ha surgido un mundo informal. En los tiempos de Ubaldini, cuando Saúl hablaba en un acto de la CGT, hablaba en nombre de los trabajadores. Es un problema de descripción. No quita que no haya representantes que representen a sus representados muy bien, pero hay universo informal afuera», analizó.
Por último, le pidió a Javier Milei que tenga decoro en sus modos, en referencia a las constantes analogías sexuales que el Presidente utiliza en sus discursos. «Yo respeto el modo de vida que cada uno ha elegido… no tener familia, no tener hijos, no tener nietos. La mayoría de nosotros hemos elegido tener hijos, nietos», comenzó diciendo.
Y amplió: «La palabra de un Presidente es muy importante. Los niños prestan atención a esas cosas. Vivimos en un país donde hay un niño que ha desaparecido hace 90 días y se presume que lo hicieron para tráfico sexual. Tenemos un diputado que lo sacaron de la Legislatura por abuso sexual, ahora otro en Corrientes…».
Como hoja de ruta a futuro, ponderó la votación en el Senado, donde se aprobó la ley de Financiamiento Universitario con apoyo de diversas fuerzas políticas. Y, por el contrario, mencionó el apoyo de Diputados al veto presidencial sobre la ley de jubilaciones.
«Esos cinco radicales que se dieron vuelta porque les compraron el voto pegaron a Milei con la casta. La casta de la que él hablaba es con que la pudo joder a los jubilados», reflexionó. Y concluyó: «Vimos a una nena gaseada y a un Gobierno mintiendo. Se disfrazaron de una cosa que no están haciendo y que no son».