La Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (CIDOA) celebró la aprobación en general de la Ley Bases en en Senado, como una medida «que le permita (al Gobierno) adoptar medidas orientadas a una mayor apertura de la economía en general, y en particular del sector automotor, facilitando a los argentinos el acceso a un mercado automotor más moderno y competitivo, en mejores condiciones de precios y créditos».
Los importadores reclamaron al Gobierno una rebaja de aranceles y de impuestos. Si bien no detallaron qué gravámenes solicitan que sean bajados o eliminados, el peso de los aranceles y los impuestos internos sobre los vehículos importados de extrazona representa un incremento sobre el precio FOB de importación que supera el 100%.
La cámara CIDOA agrupa a representantes locales de marcas de vehículos importadas desde fuera del Mercosur, tanto asiáticas como de Europa y Estados Unidos. Se trata de unidades que, por no haber sido fabricadas dentro del bloque regional, pagan un arancel de importación del 35%.
Ese incremento del precio, a su vez, hace que la mayor parte de los vehículos importados de extrazona queden gravados con los impuestos internos o «impuestos al lujo», que actualmente se divide en dos escalas.
La primera escala grava con un 20% nominal (25% de incremento real en el precio) las unidades con un precio de venta a partir de 38 millones de pesos hasta 83 millones de pesos. A partir de ese precio (tanto en pesos como su equivalente en dólares) rige la segunda escala de impuestos, que es del 35% nominal y de casi 50% de incremento real en el precio, por la acumulación de tasas afectadas.
Los importadores «independientes» agrupados en CIDOA, al no contar con fábrica en el país tampoco generan divisas de exportación. En ese contexto, fue uno de los sectores más afectados por las restricciones a las importaciones por el cepo cambiario a lo largo de los últimos dos años del gobierno anterior. Su participación dentro del mercado local pasó de un histórico 7% a menos del 3%.
«En la actualidad el parque automotor de Argentina está atrasado por lo menos en 10 años ddebido a las regulaciones en materia de importación que rigieron hasta el gobierno anterior y las cargas impositivas y arancelarias que se mantienen vigentes o acrecentadas, determinando que el precio al consumidor de un automóvil en la Argentina resulte mucho más caro, hasta 100% en algunos casos, de los que se pagan en cualquier otro país del mundo», agregó el comunicado de CIDOA, cuyo presidente es Hugo Belcastro, representante en Argentina de las marcas Ferrari, Alfa Romeo, Isuzu, BAIC y Skywell.
«Facilitar el acceso al automóvil en mejores condiciones por vía de la baja de la carga impositiva y arancelaria resultará en un beneficio que pueden compartir el Fisco -por un mayor volumen de ventas- y desde ya el consumidor», señaló el comunicado.