martes, 26 noviembre, 2024
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Inflación en un dígito: puede continuar la desaceleración más allá de mayo?

Después de conocerse la inflación oficial de abril que marcó una suba del 8,8% y de las previsiones que hacen los analistas para mayo, cuando se estima que la variable seguirá achicándose hasta un nivel del 5%, la pregunta que se hacen los economistas es si esa desaceleración se va a mantener en los meses siguientes.

En principio, los expertos analizan que la desaceleración de la inflación fue hasta ahora más rápida de lo previsto por cuatro elementos principales: la fuerte recesión y caída del consumo; el sostenimiento de la variación del tipo de cambio oficial (crawling peg) al 2% mensual; la estabilidad nominal en los dólares financieros y la postergación de las subas en tarifas y combustibles (algo que ocurriría también en mayo), enumera la consultora Ecolatina.

Después, pensando en mayo, la persistencia de estos elementos sumada a la moderación de la inflación núcleo (algo así como la velocidad crucero de la inflación) también hacen prever que la aguja de los precios rondaría el 5% por la postergación de aumentos de precios regulados y la calma en los tipos de cambio.

“Sin embargo, ya en los meses siguientes aparecerá la parte más complicada del sendero de desaceleración. Será difícil que la inflación siga bajando en los próximos meses al mismo ritmo que mostró hasta el momento: es más fácil bajar una inflación desde el pico de un shock nominal (salto discreto del tipo de cambio y ajustes de precios relativos) que cuando se acerca a su velocidad crucero”, dicen en Ecolatina.

Y agregan: «Será más desafiante romper la inercia del proceso cuando comience a impactar la indexación de algunos precios regulados o los ajustes postergados en servicios».

A su vez, el reciente ajuste en las tarifas de servicios públicos atrasadas impondrá una mayor resistencia a la baja en la propia inflación núcleo: generalmente el incremento en los costos se traslada con cierto rezago a los precios, ralentizando así el proceso de moderación inflacionaria, señalan.

Consultado sobre el tema, el economista Claudio Caprarulo, de la consultora Analytica, explica que «la desaceleración de abril está relacionada directamente con el congelamiento del precio del dólar y una caída rápida y muy fuerte en los salarios. También sobre las expectativas en medio de una política monetaria y fiscal muy contractiva.

«Eso explica la gran desaceleración que lleva a valores de inflación similares a los de julio de 2023, tasas que siguen siendo altas y que el Gobierno va a tener un desafío», afirma.

Según el experto, la tasa de mayo va a ser menor a la de abril, pero al Gobierno le va a costar después perforar ese 5%, dice.

Hacia adelante, según Caprarulo, «hay distintos condicionantes: la necesidad fiscal por recuperar el sendero ascendente del aumento de las tarifas de servicios públicos y si el Gobierno va a poder sostener el atraso cambiario.

«Ahí, podríamos ver una aceleración en los meses posteriores y, por otro lado, lo que pone un piso a la inflación son los salarios que difícilmente puedan soportar en los próximos meses la fuerte caída que tuvieron en la primera parte del año. Vemos que, en el mejor de los casos, perforar una inflación del 4,5% mensual va a ser complejo para el Gobierno», pronostica.

«Igual, si miramos solo la inflación y no los costos que trae aparejado el descenso, sería exitoso», advierte.

Según la consultora ACM, la reducción en el nivel de precios presenta diversos elementos a tener en cuenta: ocurre en medio de una caída significativa de la actividad y de un ritmo de devaluación del tipo de cambio que corre por debajo de la inflación.

«Considerando este contexto, es probable que el descenso en los precios continúe, pero de una forma más marginal”, analiza en su último informe sobre el tema.

Para LCG, en tanto, “el verdadero test para ver si entramos en un nuevo régimen de inflación más baja deberá hacerse con la actividad económica repuntando y los salarios recortando algo de la caída de los últimos tiempos. Recién ahí podremos ver si las expectativas inflacionarias están realmente ancladas”, opina.

NE

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