A principios de mayo, el Banco Central (BCRA) anunció que ya estaban en circulación los billetes de $10.000. Pero mientras la nueva moneda se expande través de la red de sucursales bancarias y de los cajeros automáticos, últimamente, los bancos buscan desprenderse de los billetes de menor denominación, entregándoselos a sus clientes.
Por eso, la entidad crediticia decidió acelerar -a partir de la semana que viene- la circulación de los nuevos billetes que llevan impresas las figuras de Manuel Belgrano y María Remedios del Valle. En tanto, hacia el ultimo trimestre del año, se espera la aparición del billete de $20.000, que se identificará por la cara del abogado Juan Bautista Alberdi.
La llegada del dinero de mayor denominación es esperada con ansias en el mercado dado que va a facilitar las transacciones entre los usuarios. Ocurre que actualmente, éstos deben maniobrar “pilones” de billetes -o directamente bolsas- cuando tienen que concretar alguna operación o una compra de monto mayor.
Por ejemplo, ayer, un cliente de un banco extranjero de una sucursal del barrio de Constitución tenía que retirar de su cuenta $210.000 y el cajero le entregó $200 mil en billetes de 1.000 y $10.000 en billetes de 100.
Una situación similar ocurrió en una sucursal de otro banco privado nacional, donde otra usuaria debió pedir dos turnos para retirar la suma que necesitaba para concretar la compra de su departamento. Mientras que, en otro banco local de Lanús, a otra clienta, le dieron billetes de $100 contenidos en una bolsa del tipo “ziploc.”.
Si bien en la Argentina, el uso del efectivo es la modalidad más utilizada por la población, evidentemente, la manipulación de tal cantidad de billetes chicos logró que los usuarios se volcaran más hacia las operaciones electrónicas para pagar sus consumos. Ya sea, utilizando las tarjetas de débito o crédito, haciendo transferencias o manejando billeteras electrónicas. Sucede que, por más abultada que se vea la billetera, el efectivo nunca alcanza en este contexto inflacionario.
Asi, en un año cayó la cantidad de extracciones en los cajeros automáticos y también la cantidad de dinero extraído en términos reales. Entre marzo del año pasado y marzo de 2024, la gente sacó solo un 58,7% más de pesos cuando la inflación fue del 287,9% en el mismo lapso, según el INDEC. La extracción promedio, por persona, en esos meses fue de $12.457 y $21.138 respectivamente.
De todas maneras, la utilización del dinero efectivo se impone en muchos casos dado que los comerciantes implementan fuertes descuentos en sus productos si son adquiridos en «cash». Es una de las formas instaladas para sortear los altos costos de comisiones que los comercios deben pagar a los bancos si cobran con tarjeta.
Consultada sobre el tema, una fuente del Banco Central aseguró que la provisión de billetes “es normal” y descartó inconvenientes ocasionados por los enormes fajos de billetes que están entregando los bancos a través de sus cajas. No obstante, desde esa entidad crediticia señalaron que, “a partir de la semana que viene se va a acelerar la circulación de los billetes de $ 10.000.
Se estima que esta posibilidad, además de facilitar el uso del dinero entre los particulares, también «va a hacer más eficiente la logística del sistema financiero y va a permitir reducir significativamente los costos de adquisición de los billetes terminados», según el BC.
El nuevo billete -cuya aparición debió acelerarse a partir de la presión inflacionaria- equivale a poco más de US$ 11 al tipo de cambio oficial y a US$ nueve según la cotización del blue de ayer.
Actualmente, según datos oficiales, existen en circulación 6131,8 millones de los billetes anaranjados de $1000 (hasta hace poco el de mayor denominación); 694,2 millones de unidades de $2000; 1321 billetes de $500 e insólitamente –todavía- circulan 478,8 millones de billetes de $10 con los que no se puede comprar ni un caramelo.