Una de las características que se le reconoce al ministro de Economía es su capacidad para adelantarse a los hechos que surgen como inevitables.
Tanto Luis Caputo como el presidente Javier Milei saben claramente que, de continuar con la actual política cambiaria marcada por un aumento del costo de vida del orden del 10/11% mensual y un dólar oficial subiendo al 2%, el camino a una situación de atraso cambiario se irá consolidando.
El presidente Milei ya dijo que no devaluará y que la situación del dólar aquietado ahora es distinta porque el Gobierno muestra superávit fiscal y porque la política de «no hay plata» se verifica claramente en la escasez de pesos en una economía recesiva que está mostrando caídas muy fuertes en el nivel de consumo.
Pero los cálculos sobre la dinámica hacia una situación de atraso cambiario sobre mediados de año se consolidan con el paso de las semanas y los operadores financieros comienzan a ensayar escenarios posibles.
Para fijar el marco, la consultora 1816 calculó que el tipo de cambio real «se vino apreciando y los $ 800 de diciembre hoy serían $1.480», bien por encima de los $ 1.062 del contado con liquidación y de los $ 1.015 del dólar blue.
Desde ya que para los exportadores el dato es más que relevante, a la vez que explica el fuerte volantazo de los precios comparados en dólares de diciembre a estos días.
El ejemplo más resonante es el de los senadores, que de ganar $ 1,9 millones brutos pasan a cobrar 4.5 millones en la mano, un aumento que en dólares blue implica pasar de US$ 1.900 a US$ 4.500 como conjunción de un salto importante de la dieta y la ralentización del dólar.
El Presidente, además de asegurar que no devaluará, sostuvo que la liberación del cepo cambiario (límites para pagar importaciones, transferir dividendos o para comprar más de US$ 200 mensualmente a precio oficial) sería inmediata si tuviese los US$ 15.000 millones adicionales que busca conseguir el Gobierno desde que asumió.
En la semana Caputo estuvo en Washington con el Fondo Monetario y más allá de los enfáticos elogios de la titular del organismo Kristalina Georgieva por la baja de la inflación y el superávit fiscal, su segunda, Gita Gopinath, dejó en claro que todavía no está previsto un préstamo adicional para la Argentina.
En este marco, sin devaluación ni fondos adicionales, los operadores del mercado se preguntan cuál podría ser el aliciente, en las puertas de la liquidación de la campaña de la soja y el maíz, para que los productores se sientan tentados a liquidar rápido la cosecha y los exportadores los dólares.
Una especulación que ganó terreno en los últimos días coincide, en parte, con la propuesta del exministro Domingo Cavallo y es la de desdoblar el mercado, dejando el dólar oficial creciendo al 2% mensual y liberando totalmente el contado con liquidación.
Por esa via el gobierno mantendría el «blend» para los exportadores (liquidan 80% por el dólar oficial y 20% por el CCL) antes de cumplir con el compromiso que asumió con el FMI de eliminarlo a mediados de año.
En ese esquema, por ejemplo, los analistas de 1816 imaginan que «lo primero será remover la norma de la Comisión Nacional de Valores, de los US$ 200».
Esa posibilidad se asocia a un resultado clave que obtiene el Gobierno en estos días: las reservas netas del Banco Central abandonarían el campo negativo.
Un detallado trabajo de la Fundación Capital muestra que las reservas netas que el 10 de diciembre eran negativas en US$ 11.180 millones, el 16 de abril se situaban en -US$ 1.150 millones, lo que llevó la liquidez de reservas total, según la consultora, a US$ 9.738 millones, una cifra impensada antes del fin del 2023.
Una idea que merodea en el mercado es que, una vez, que el Central anuncie que las reservas netas de divisas pasen al campo positivo, arrancará otro tiempo para prever un sendero hacia la liberación cambiaria.