lunes, 25 noviembre, 2024
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La reedición de un clásico de los 90: «caminar» para encontrar mejores precios

La frase de Lita de Lazzari, referente de la Liga de Amas de Casa, cuando en los 90 decía: “Camine, señora, camine” arengando a los consumidores a recorrer distintos comercios para buscar mejores precios, vuelve a cobrar vigencia en el escenario actual. Un informe de la consultora Focus Market encontró que existen diferencias de precios de hasta un 50% para un mismo producto, según dónde se compre.

«Para muchas familias, el gasto corriente está por encima del ingreso en un contexto de variación de precios de la economía. Es decir que adelantar las compras y evaluar el lugar de compra puede llegar a generar ahorros de hasta el 50%”, explica Damián Di Pace, director de Focus Market.

Y agrega que “un ahorro en la compra de bienes de consumo masivo, en muchos casos irá para el pago de servicios públicos y privados debido al constante aumento que están teniendo por la corrección de los precios relativos de la economía», explicó.

El sondeo de la consultora intentó responder a la pregunta sobre cuánto podría ahorrar una familia tipo (compuesta por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años) comprando los productos que integran una Canasta Básica Alimentaria (CBA) con descuentos por unidad?

El relevamiento se hizo en tres grandes cadenas de supermercados, tomando en cuenta las ofertas y promociones vigentes del 18 al 24 de marzo. Los productos relevados fueron los mismos que mide el INDEC, incluyendo tanto primeras como segundas marcas.

Una de las estrategias de ahorro por parte de las familias es la de comprar productos de segunda marca. En promedio, comprando con y sin promociones, una familia ahorraría hasta 18,1% y en promedio 7,6% en productos de segunda marca, mientras que en productos de primera marca ahorraría hasta 12,1% y en promedio un 3,9%.

Otra diferencia a tener en cuenta, según el informe, es la brecha de precios existente en los mismos productos comercializados en los distintos supermercados considerados en el relevamiento.Por ejemplo, en el arroz varietal existe una brecha del 36,4% entre el precio más alto y el más bajo; en las lentejas es del 41,5%; en la picada especial es del 49,9%; en el vino, del 41,2%; y en el asado del medio, del 27,6%

El informe se elaboró teniendo en cuenta el valor de la CBA para esa familia tipo. En febrero de este año, ese conjunto de alimentos alcanzó los $ 322.851,20, con un aumento de un 13,1% respecto al mes anterior y un 301,1% en forma interanual. En marzo, con una estimación sobre la inflación del mes pasado que el INDEC dará a conocer este jueves 12, se estimó el valor de la canasta en $ 369.018,93.

«Si una familia fuera al supermercado «B» a hacer sus compras en el mes, llevando productos de primera marca y sin promociones, gastaría $ 346.439,83. En tanto, si aprovechara las promociones o descuentos por unidad gastaría $ 325.866,56″ consignó el trabajo.

Según Di Pace, “mes a mes, las familias argentinas se enfrentan a una administración hogareña cada vez más compleja. Entre los gastos fijos se incluyen los alimentos y bebidas de la canasta básica. Y en este sentido, los argentinos deben ingeniárselas a la hora de comprar, buscar precios, aprovechar ofertas, comprando al por mayor, recurriendo a los descuentos, entre otros”.

Para tomar dimensión de cuánto se necesita para vivir, este martes, la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires publicó el informe de Líneas de pobreza y Canastas de consumo que arrojó que una familia precisó $ 766.146,28 para no ser pobre.

Con lo cual, la adaptabilidad frente a la inflación y la búsqueda activa de descuentos y promociones se vuelven imperativas en las familias. Los datos muestran que, si bien existen variaciones en los precios según el supermercado y la modalidad de compra, aprovechar las promociones por unidad puede representar un ahorro significativo.

Este esfuerzo para hacer rendir más el presupuesto se enmarca en un contexto de alta inflación, que si bien está bajando desde diciembre, cuando alcanzó un pico del 25,5%, dejó rezagado en buena medida el salario. En los últimos tres meses, los salarios tuvieron una caida del 19,2% según los datos del INDEC y el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables).

Se estima que la inflación de marzo se mantendrá en dos dígitos. El ministro de Economía, Luis Caputo, espera alrededor un 10% de suba de precios y las principales consultoras pronostican entre un 12,5% y un 13%.

En tanto que, para abril, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central, el índice de precios seguirá en dos dígitos: 10,8%. De acuerdo con la opinión de los economistas que aportan sus pronósticos al REM, recién en mayo, el IPC subiría en la medida de un solo dígito: al 9%.

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