sábado, 7 diciembre, 2024
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Brigada Cola: el inesperado éxito que atravesó la pantalla y el triste destino de algunos de sus protagonistas

En la década del noventa, la televisión estaba llena de ficciones. Por lo menos dos tiras y unitarios de calidad conformaban el prime time de Telefe y elTrece. Cuando editorial Atlántida compró Canal 11, Gustavo Yankelevich, el flamante gerente de programación, apostó a diferentes comedias para la franja de las 21. Y así fue que el 21 de enero de 1992 debutó Brigada Cola, con Guillermo Francella a la cabeza.

La historia escrita por Juan Carlos Mesa contaba las desventuras de un grupo comando de élite, llamado Brigada Cola, que tenía que luchar contra organizaciones criminales, ninjas y de delincuentes para mantener el orden en la ciudad. Siempre en tono de sátira, en cada capítulo se presentaba un caso distinto: un villano tramaba algún plan y el “grupo de elite” realizaba un operativo para detenerlo. El líder del equipo era Guillermo Francachela, interpretado por Francella, encargado de llevar adelante las misiones con un grupo de brigadistas tan eclécticos como ineficientes. El equipo estaba conformado por “Gardo” (Edgardo Mesa), El Tigre (Hernán Caire), Nico (Javier Belgeri), Eric (Eric Grimberg, que venía de Jugate Conmigo), Karen (Karen Reinhardt), Doctora Guinda (Mónica Guido) y Raquel (Raquel Mancini).

La comedia pretendía ser una parodia de la mítica Brigada A que hizo famoso a Mister T. La serie, que se volvió de culto en la Argentina durante los años ochenta, arrancaba con un locutor que decía: “Un tribunal militar envío a prisión a un grupo de comandos por un crimen que no cometieron. Estos hombres lograron escaparse del penal militar e instalarse clandestinamente en Los Ángeles. Aunque son buscados por el gobierno, luchan por la justicia”.

Brigada Cola nació con ese espíritu, parodiar a los grupos de elite divirtiendo a grandes y chicos. Con planes disparatados y la utilización de artes marciales, el equipo siempre lograba triunfar contra el mal. Sus dos primeras temporadas fueron encabezadas por Francella, y la tercera estuvo protagonizada por Emilio Disi y Fernando Lupiz. En su segundo año al aire, aparece el personaje de Brigacop, mitad hombre-mitad máquina, que pasó a ser una de las figuras más populares del programa. El ciclo contó con invitados especiales como Xuxa, Marcelo Tinelli, Cris Morena, Jorge Guinzburg y Hugo Gatti, entre otros.

En épocas en donde no se hablaba del negocio 360, debido al éxito, Brigada Cola saltó de la pantalla chica. Tuvo varias temporadas teatrales durante las vacaciones de invierno de 1993 y 1994 en el teatro Opera. La serie tuvo su banda de sonido editada por Sony, que se podía comprar en cassettes o CDs. Los personajes tuvieron álbum de figuritas, juguetes articulados y salieron a la venta parte de la ropa y accesorios que usaban en la ficción. El éxito fue tal que también lanzaron La revista de Brigada, nueve números con historietas, juegos, fichas coleccionables y dos ediciones especiales llamadas “reviposter”.

Pero todo gran suceso tiene su lado B. En este caso varios de los actores que conformaron el elenco tuvieron destinos muy diferentes. Hernán Caire es uno de los pocos que logró sostenerse en el medio como conductor del ciclo musical Pasión en la pantalla de América, aunque no le faltaron escándalos en su vida privada. Eric Grimberg dejó la televisión para desembarcar en la empresa familiar de insumos odontológicos que lleva su apellido. Raquel Mancini afrontó varias crisis de salud por sus operaciones estéticas y en 2016 estuvo casi al borde de la muerte, producto de una neumonía.

Pero los casos que más llamaron la atención, porque estuvieron en las noticias de la televisión horas y horas, fueron los de Mónica Guido y Javier Belgeri. La ex vedette que supo conquistar corazones y despertar suspiros por su físico despampanante, estereotipo de lo que se esperaba en los noventa, desde hace años está alejada de los medios debido a una tendinitis en los hombros que le impide realizar actividades.

El caso del actor que interpretó a Nico fue el más escandaloso. Cuando las luces de la fama se apagaron, como suele suceder con algunos de los chicos que arrancan muy jóvenes en el medio, la vida de Belgeri dio un giro rotundo. Pasó de ser el niño mimado de la tv a consumir drogas y a los 17 años decidió, en medio de una crisis personal y familiar, internarse en el neuropsiquiátrico Borda. Pero eso no fue todo, a comienzos de este año fue captado por las cámaras de seguridad de un mercado del Gran Buenos Aires en una actitud muy sospechosa.

Javier Belgeri, involucrado en un robo a un supermercadoCaptura

El actor participó del ciclo que condujo Gastón Pauls en Crónica TV, llamado Seres Libres, donde los famosos confesaban sus experiencias con diferentes adicciones. Allí Belgeri contó el drama que vivió con las drogas desde muy joven. El alcohol fue el primer paso que lo llevó a cometer todo tipo de desbordes, según detalló: “Esa fue una puerta que se abrió, físicamente o espiritualmente, a que yo pase directamente a la cocaína. No lo disfruté, no le había encontrado el mambo, en ese momento. A los 15 ya estaba hundido en un mar de drogas”.

Cuando tocó fondo, pidió ayuda: “Me miré al espejo y dije ‘tengo que parar con esta locura’, en ese momento me hizo un clic, voy al hospital y le digo, llorando, ‘me quiero internar’”. Ese fue el primer paso para una recuperación que fue muy dura, pero que le permitió retomar el contacto con su familia y su hija.

Atrás quedó el recuerdo de Brigada Cola, la comedia que perdura en los corazones de quienes fueron niños y adolescentes en los años noventa, y se sentaban todos los jueves frente al televisor a vivir las desventuras de un grupo de locos que, junto al perro Tronco, les alegraban la vida.

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