Luego de que los últimos datos de la ciudad de Buenos Aires mostraron una desaceleración en la inflación, que fue de 14,1%, un número que se mantuvo por encima del peor registro de 2023, y con las expectativas respecto de la cifra que arrojará esta tarde el relevamiento oficial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que las consultoras privadas y el Gobierno estiman que rondará el 15%, la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña evidenció el golpe al bolsillo que esto significó en los ingresos de las familias. En la Ciudad de Buenos Aires se necesitó, en febrero, $1.017.520 para ser considerado de clase media.
El dato corresponde a un grupo familiar de cuatro integrantes —dos mayores económicamente activos y dos menores—, y representa un aumento de $129.404 respecto del mes anterior, es decir, un 14,5% más que en enero.
El informe, sin embargo, realiza sus estimaciones para familias propietarias de su vivienda. Es decir, no contempla en sus cifras el costo del alquiler de una propiedad.
Cabe destacar que, en la Ciudad de Buenos Aires, según los últimos números de la plataforma de avisos online Zonaprop, el valor promedio mensual de un departamento de dos ambientes es de $416.991. Esto significa que, en caso de ser inquilino en CABA, el ingreso mínimo para ser considerado de clase media se eleva a $1.434.511, aproximadamente.
Estos números contemplan los bienes y servicios mínimos para la subsistencia, el conjunto de gastos vinculados con la adquisición o renovación de bienes durables para la vivienda, la salud y otros rubros como la indumentaria. Es que los precios de la canasta básica total (CBT), que sirve para medir la pobreza, y de la canasta básica alimentaria (CBA), que se usa para delimitar la indigencia, van a la par de los movimientos inflacionarios.
Así, teniendo en cuenta ambas canastas, el informe determinó que se necesitaron $402.752 mensuales para que una familia no esté en situación de indigencia, frente a los $350.564 que se informaron en enero para el mismo hogar (dos adultos y dos menores), una suba de 14,88%.
Por otro lado, según los datos de la canasta básica total, que además de alimentos considera otros elementos esenciales como ropa, educación o recreación, se necesitaron $684.115 el mes pasado para ser “no pobres vulnerables”, frente a los $590.042 en enero, un incremento del 15%.
A estos datos se sumaron los ingresos necesarios para otros estratos sociales. El ente estadístico estableció, así, que quienes alcanzaron los $814.016 se ubicaron en el denominado sector “medio frágil”. Los “sectores acomodados”, por otro lado, tuvieron un ingreso familiar total de $3.256.066.
LA NACION