La incertidumbre persiste a la espera de si se masifica o no el copago que los médicos empezaron a cobrarles a los afiliados de prepagas y obras sociales para llegar al mínimo de $ 6.000 por consulta.
Pero la polémica del anuncio destapó un pago extra que ya sucedía entre los cirujanos y que en esta catarata de comunicados de sociedades científicas, laboratorios y centros de diagnóstico, podría blanquearse. Y extenderse. Es el «copago eminencia».
Ese plus (a veces en dólares) que cobran médicos de cierto prestigio, fama o trayectoria, presidentes de sociedades médicas, ahora también jefes de servicio y hasta obstetras, para que sean esas manos y no otras las que realicen la intervención. Aunque esa operación y esos profesionales estén en la cartilla.
«En todas las operaciones con un equipo médico específico elegido (no en una guardia), se cobra un extra a los pacientes. Porque ‘el mejor anestesista cobra aparte’ o porque ‘opera una eminencia», cuenta a Clarín Osvaldo Bassano, presidente de la Asociación de Defensa de los Derechos de Usuarios y Consumidores (Adduc).
«Siempre fue así. Pero ahora puede que se cobre extra aunque no opere ‘el capo’ pero sí su equipo y no cualquier otro disponible. Diría mejor que las eminencias ahora cobran mucho más. Todo recae sobre el paciente, que ya está pagando mucho por su prepaga y confía en esas manos expertas», detalla.
«A mi hijo le operaron la pierna, le pusieron un clavo (intramedular) y sólo porque sea él quien lo opere, el traumatólogo me cobró 500 dólares extra. El día de la cirugía se los di en un sobre«, dice a Clarín una madre que aceptó el copago eminencia.
Si bien Bassano, que es abogado especialista en derecho del consumo, dice que por esta causa su asociación recepcionó en el pasado algunas denuncias, aclara que la queja no es la norma. Es la excepción. Y la mayoría acepta. Reconocen el valor (económico) del prestigio en la salud.
«Sólo denuncian cuando hay una mala praxis, ahí se muestra la evidencia del extra que el paciente pagó. Si no, la relación es médico-paciente y si el profesional es de primer nivel y es sabido que les cobra a todos sus pacientes un plus, pagan lo que les pidan. Con o sin recibo«.
El valor del «yo me opero con tal»
Esto está muy lejos del consenso entre profesionales y el rechazo por parte de los afiliados que provocó el anuncio del bono que se exigiría por cada consulta.
Ante la consulta de Clarín, desde la Confederación Médica de la República Argentina (Comra) dicen que estos copagos eminencia se están ampliando. Que más especialistas y de más especialidades cobrarían un adicional por operar.
«Sucede. Pero de manera muy heterogénea. No hay un comunicado que anuncie que, como pasó con los copagos por consulta, todos los cirujanos cobrarán un bono por operar y de cuánto. Siempre la ‘eminencia’ cobra aparte. Ahora algunos jefes de servicio también. El honorario médico se deterioró para todos«, distinguen.
Cada vez más profesionales cobran extras por ser ellos quien operen o estén en persona en una intervención.Desde una prepaga de mediano alcance a nivel nacional dicen a Clarín que los «copagos eminencia», o el «yo me opero con tal«, no tienen «nada de nuevo» y que sería difícil que se blanquee y generalice.
«Los médicos ni siquiera están pudiendo cobrar el bono en el AMBA, no está pasando, son poquísimos. Y de todo el país, recibimos apenas 100 pedidos de reintegro de afiliados a los que se les cobró por la consulta. Después, que cobre una eminencia, pasó toda la vida», cierra.
Por fuera del quirófano, las eminencias ya no cobran copago en la consulta. Directamente es «sólo particular».
Un cirujano que es jefe de servicio en uno de los centros de oncología más importantes del país dice a Clarín que él elige no cobrar extra por operar. Tampoco exige un copago por consulta.
«No estoy cobrando bono. Trato de llevar a particular a los pacientes nuevos, a los viejos los sigo viendo por prepaga. El sistema de atención de prepagas y sindical esta muriendo«, sentencia.
Otro cirujano, ex presidente de una sociedad médica de nivel nacional, da una respuesta calcada a Clarín.
«Estoy atendiendo sólo pacientes privados en mi consultorio particular. La mayoría de los cardiólogos aún no están cobrando extra y varios ya dejaron de atender por prepagas. Nunca hacés número«, cierra.
Ese mecanismo de «llevarse» a los pacientes nuevos de la clínica hacia el consultorio privado es propio de las demoras de hasta tres meses para conseguir un turno con especialistas.
La diferencia es que, de forma particular con médicos de cierto prestigio, las consultas no bajan de los 15 o 20 mil pesos.
Un desafío que ya venían enfrentando los afiliados, justamente, porque los médicos se bajan de una cartilla en la que no llegan, como dicen, «a un honorario ético digno» de $ 6.000 por consulta.
MG