martes, 15 octubre, 2024
InicioDeportesSe cumplen 29 años: cómo fue el asesinato de Andrés Escobar, el...

Se cumplen 29 años: cómo fue el asesinato de Andrés Escobar, el defensor colombiano que murió por un gol en contra

«La vida no termina aquí», suelta Andrés Escobar Saldarriaga de sus labios finos frente a sus familiares en el lobby del hotel Marriot de Fullerton horas más tarde de anotar en contra el gol de la derrota de la Selección Colombia por 2-1 ante Estados Unidos que decretó la eliminación del equipo del Mundial de 1994. Días más tarde, firmaría una columna en el diario El Tiempo con el mismo título. El elegante zaguero zurdo de 27 años sentenciaba con una paradoja su trágico final.

Diez días después del autogol que había marcado en Estados Unidos, la vida de Andrés Escobar se terminó en el estacionamiento de la discoteca El Indio, en la vía Las Palmas, en Medellín. Fueron seis balazos que se alojaron en el pulmón, el estómago, el cuello y el antebrazo izquierdo los que acabaron con su existencia, un 2 de julio, hace ya 29 años.

Tras el asesinato de Andrés Escobar florecieron las especulaciones: que lo había matado una mafia de apostadores que habían perdido mucho dinero con la eliminación de Colombia del Mundial; que lo mató la presión de narcos y criminales que daban todo por la selección. Que su muerte no tuvo nada que ver con el fútbol. Pero a fin de cuentas, el futbolista murió asesinado por haber anotado un gol en contra en un país dominado por los carteles y una sociedad inmersa en la más profunda violencia.

El Caballero del fútbol

Andrés Escobar en Atlético Nacional.

Andrés Escobar en Atlético Nacional.

Andrés Escobar Saldarriaga nació el 13 de marzo de 1967 en el seno de una familia de clase media de Medellín, en el barrio Calasanz, desde donde se escuchan los gritos del estadio Atanasio Girardot. Hijo de Darío Escobar, un empleado bancario, y de Beatriz Saldarriaga, fue el quinto hermano (una mujer y tres varones) y desde muy chico tuvo como espejo a su hermano Santiago, que fue futbolista profesional en Atlético Nacional.

Asistió al Colegio Calasanz, donde perdió décimo grado por escaparse a jugar al fútbol. Lo cambiaron al Instituto Conrado González, que tenía un equipo y podía entrenarse a gusto. Era flaco y comía mal, pero cuando tomó la decisión de dedicarse al fútbol cambió la dieta y se sometió a un estricto régimen de gimnasio para ganar masa muscular. Alcanzó el metro ochenta y cinco, y llegó a pesar 75 kilos. Se graduó en dos años y pasó a jugar en la Selección Antioquia. Para 1988 ya estaba en la selección Colombia, casi sin escalas.

Andrés Escobar tras anotar en contra el gol que eliminó a Colombia del Mundial 94.

Andrés Escobar tras anotar en contra el gol que eliminó a Colombia del Mundial 94.

Sus inicios en el fútbol fueron como mediocampista central, zurdo, elegante y espigado. Carlos Piscis Restrepo, quien dirigía la Selección Antioquia, lo vio jugar y le dio un consejo: le sugirió jugar como zaguero central, para aprovechar mejor sus características: buena estatura, buen juego aéreo y seguridad para salir jugando desde el fondo. Antes de cumplir los 18 años, Francisco Maturana se lo llevó a Atlético Nacional y en 1989 fue titular en el equipo que obtuvo la primera Copa Libertadores para Colombia.

Con la selección marcó su único gol en el empate 1-1 ante Inglaterra, en Wembley. Jugó el Mundial de Italia 90, cuando el equipo cafetero quedó eliminado en octavos de final tras el fatídico error de René Higuita ante el camerunés Roger Milla y se perdió de jugar en el 5-0 de 1993 en el Monumental frente a Argentina por una lesión en la rodilla. Por su modo de jugar y sus prolijos trajes se ganó el apodo de Caballero del fútbol. Durante el Mundial de Estados Unidos la prensa indicaba que estaba a una firma de fichar por el Milan de Arrigo Sacchi para reemplazar a Franco Baresi.

El narcofútbol

Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín. (AP)

Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín. (AP)

A fines de la década del 80 y principios de los 90, el narcotráfico dominaba la escena en Colombia. El año de Atlético Nacional es también el año de esplendor del capo narco Pablo Escobar Gavíria, el Patrón. Su Cartel de Medellín asesina en 1989 al precandidato presidencial Luis Carlos Galán, hace explotar 100 kilos de dinamita en el diario El Espectador y derriba un avión de Avianca con 107 personas creyendo que entre ellas estaba el también candidato César Gaviria. Son asesinados otros políticos, también jueces, periodistas, sacerdotes, policías y sindicalistas.

Ese año en Medellín se registran 4052 homicidios, casi el doble que en 1988. El año pico es 1991: 6349 homicidios, 17 por día.

Mientras la guerra entre los carteles de Medellín y Cali se dirimía a sangre y fuego sobre el asfalto de las ciudades, el fútbol también pasó a ser un escenario de disputa y de demostración de poder. Millonarios de Bogotá estaba bajo la influencia de Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, el segundo en la cadena de mando detrás de Pablo Escobar, que tenía bajo su dominio al DIM, pero sobre todo a Atlético Nacional. Mientras que al América de Cali lo manejaban los capos del cartel de la ciudad: Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, José Chepe Santacruz Londoño y Hélmer Pacho Herrera.

El fútbol era tierra fértil para lavar dinero y los narcos lo supieron aprovechar. Los jugadores y los entrenadores cobraban cifras propias de Europa, llegaban figuras del exterior, los espectadores llenaban estadios. Y casi nadie preguntaba nada.

La anécdota que ya es leyenda indica que Pablo Escobar y El Mexicano contrataban futbolistas profesionales -cada uno por su lado- y armaban desafíos en la Hacienda Nápoles, el inmenso refugio de Escobar, y los dos narcos podían apostar dos o tres millones de dólares por partido. Los trasladaban en avión, les pagaban cifras obscenas en efectivo y les ofrecían todas las comodidades requeridas. Por allí pasaron varias de las figuras del seleccionado colombiano, pero no Andrés Escobar. El futbolista habría rechazado los ofrecimientos de participar de los encuentros en la Hacienda Nápoles.

Qué pasó el 2 de julio de 1994

Humberto Muñoz, autor material del asesinato de Escobar.

Humberto Muñoz, autor material del asesinato de Escobar.

«Muchos decían en las calles que si Pablo Escobar hubiera estado vivo, a Andrés no le hubiese pasado nada», la frase pertenece a Mauricio Chicho Serna, gloria de Boca y de la selección Colombia, que fue procesado en Morón por supuesto lavado de dinero del narco junto a la viuda de Escobar Gaviria. El Patrón había sido abatido de tres balazos en un tejado de Los Olivos, Medellín, el 2 de diciembre de 1993. por el Bloque de Búsqueda creado por el gobierno colombiano de César Gaviria.

El partido ante Estados Unidos había sido el 22 de junio, Andrés Escobar recibió a su familia en el hotel, salió a hacer compras y declaró ante la prensa. Después fue titular en el triunfo por 2-0 sobre Suiza, pero el equipo cafetero ya no tenía chances de acceder a los octavos de final. Aunque el futbolista tenía un viaje programado para después del Mundial, decidió volver a su país junto a toda la delegación. «Hay que dar la cara», le había dicho a su padre, cuando le sugirió que mantuviera el plan y se refugiara del asedio de la prensa.

Tras unos días de profunda tristeza en su domicilio de Medellín, Andrés Escobar decidió empezar a dar vuelta la página. Su amigo Juan Jairo Galeano lo convenció de salir y fueron a la disco El Indio. Andrés estaba con Pamela Cascardo, su pareja, odontóloga, con quien se iba a casa en cinco meses. El futbolista, su novia, su amigo y otra mujer se sentaron en una mesa y desde otra le empezaron a gritar: «Autogol, Andrés, autogol». Se mofaban y se reían de él.

El Caballero del fútbol se acercó hasta la mesa desde donde partían las provocaciones y pidió «respeto». Allí estaban de farra los hermanos Pedro y Santiago Gallón Henao, sospechados de vínculos con el narcotráfico y con las fuerzas paramilitares. Supuestamente habían sido hombres de Pablo Escobar, a quien traicionaron poco antes de que el Bloque lo ejecutara tras 17 meses de intensa búsqueda.

Los hermanos Gallón Henao.

Los hermanos Gallón Henao.

Tras el altercado, Andrés Escobar decidió retirarse del lugar junto a sus acompañantes. En el parqueadero, localizó su Honda azul, pero los hermanos Gallón Henao lo interceptaron con una camioneta Toyota blanca y volvieron a insultarlo. El futbolista volvió a pedirles «respeto».

Según el relato del fiscal del caso Jesús Albeiro Yepes, “luego de discutir con Pedro Gallón, llegó Santiago, el hermano mayor quien le dijo: ‘Usted no sabe con quién se está metiendo’. En ese momento el chofer de los hermanos Gallón, Humberto Muñoz, se bajó del carro apurado y mientras Santiago le seguía repitiendo a Andrés esa frase (‘Usted no sabe con quién se está metiendo’), se arrimó a su carro y le descargó el revólver«. Desesperada, Pamela se puso al volante y condujo hasta el hospital más cercano, pero el deportista llegó sin signos vitales: había muerto 25 minutos después de recibir el sexto y último impacto.

Humberto Muñoz, el chofer de los hermanos Gallón y autor material del asesinato de Andrés Escobar, sería detenido en menos de 24 horas y condenado a 43 años de prisión, aunque la pena posteriormente fue rebajada a 23 años. El 5 de octubre del 2005 el autor se acogió a un beneficio extracarcelario que le permitió salir de prisión después de purgar sólo casi 12 años de su pena. Los hermanos Gallón, en tanto, serían condenados por encubrimiento a 15 meses de prisión, aunque sólo purgaron menos de tres tras pagar un millón de pesos colombianos como fianza, lo que les permitió quedar en libertad. Seis años después Juan Santiago Gallón sería condenado a tres años y tres meses de prisión, tras someterse a sentencia anticipada por el delito de financiación de grupos paramilitares.

Durante la investigación “hubo algo particular: varios de los narcotraficantes de los 12 del patíbulo, cuyos crímenes fueron perdonados en 1993 por su colaboración contra el cartel de Medellín de Pablo Escobar, terminaron declarando en la Fiscalía en favor de los Gallón. Recuerdo que la mayoría de ellos pasaron por la oficina para dar sus versiones. O sea, los Gallón no solamente tenían dinero, sino poder y amigos en el Estado”, declaró el fiscal Albeiro Yepes para El Espectador, el 21 de junio de 2014.

Más Noticias