Dudas de las familias sobre “la necesidad” de incluir la Educación Sexual Integral (ESI) en niveles iniciales, exigencias que recaen en docentes capacitados en la materia e incluso reclamos por la aparición de baños mixtos se convirtieron en las principales dificultades que surgen a la hora de aplicar la ley nacional, según maestros y psicólogos.
“La transformación de los baños color rosa y celeste en mixtos intervenidos con murales por alumnos y de los mingitorios en floreros generó mucho revuelo porque algunos se sintieron invadidos y otros no estuvieron de acuerdo”, dijo a Télam la psicóloga Daniela Mangavelli, que trabaja en el Instituto Vocacional de Arte Manuel José Labardén (IVA) de gestión pública, sobre esa medida implementada en 2018.
Junto a 50 docentes, Mangavelli participó en el taller autogestivo “ESI en las escuelas, un abordaje desde la literatura”, que se realizó el sábado en el barrio porteño de Parque Patricios.
La psicóloga de 55 años refirió que si bien esa medida forma parte de un plan institucional cuyo objetivo es “incluir” y salirse del binario de género, “fue mal comunicada porque faltó construir consensos con los chicos y las familias”.