“¿En julio, en septiembre?, ¿cuándo quieres?”, lanzó el mexicano
Julio César Chávez Jr.
Casi en simultáneo,
Sergio Maravilla Martínez
propuso: “¿En octubre?”. De inmediato, ambos acordaron: “En septiembre u octubre, dale”. Ambos boxeadores levantaron el guante a la (nueva) propuesta de tener una revancha, a siete años de aquella velada histórica en Las Vegas, cuando el bonaerense retuvo la corona por puntos tras caer en la última vuelta: dos jueces indicaron 118-109 y el restante 117-110.
“Mirá que en México te echan a patadas”, lo chicaneó Maravilla, ante las cámaras de
ESPN, en lo que fue el primero de los intercambios de ese estilo. Chávez Jr., que no pelea desde mayo de 2017 pero tiene agendadas tres fechas este año, redobló la apuesta: “No le tengo miedo. Me da lástima pegarle, está medio viejito ya”. Y Martínez, que no pelea desde 2014 y volvió a entrenarse -por momentos- en 2018, replicó: “En la primera (pelea) ya estaba viejito, eh”.
“Yo tengo una pelea en julio. ¿Puedo pelear o no quieres que pelee?”, le insistió el mexicano. Maravilla asintió y Chávez Jr. sentenció: “Entonces luego de esa pelea, en septiembre u octubre tendremos la nuestra, ya está”. El argentino se quedó con la última respuesta, sonriente: “A mí cualquier colectivo me deja bien, llego perfecto”.
El año pasado, ya habían acordado enfrentarse el 17 de noviembre, pero el padre de Chávez, promotor de ese combate, lo dio de baja 60 días antes y Maravilla
aseguró a La Nación hace unos meses que se debió a que “Chávez Jr. no llegaba a ponerse en peso”.
Además, recordaron aquel final de 2012. “Era él y yo, de hombre a hombre nada más. En ese último minuto y medio, él tiró todo lo que tenía y yo tiré todo lo que tenía, nos ganamos muy bien el sueldo esa noche”, recordó Maravilla. “Fue uno de esos momentos en los que la táctica, la técnica y la estrategia quedan en el rincón. Yo sabía que tenía que salir a atacar. Daba la mente, el espítitu y el alma”, agregó el excampeón argentino. “Fue una pelea muy dura para los dos”, agregó Chávez Jr.
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