Podría decirse que era un escenario cómodo para
Dante Sica
. Rodeado de bibliotecas repletas de volúmenes legales y en un salón lleno de abogados de grandes estudios, como Marval O’Farrell, Pérez Alati, Fontán Balestra o Cassagne, el ministro de Producción y Trabajo podía sentirse el más sabio a la hora de caracterizar la economía del país. Claro que en el fondo del antiguo salón -cerca de la salida- algunos industriales, habituales exégetas, escuchaban atentos la descripción que hacía el economista de la compleja situación actual.
“No hay techo ni piso para las paritarias”, afirmó. En la mesa principal del Colegio de Abogados de la Ciudad lo escuchaban atentos Guillermo Lipera, Claudio Cesario y Máximo Fonrouge, que desde esta noche conducirá la entidad profesional reemplazando a Lipera.
Sica indicó que la negociación salarial dependerá primero de “la capacidad que tenga cada sector” en el marco de la recesión. Solo después indicó que también jugarán un papel las expectativas de inflación. Luego retomó: “Dependerá de la actividad y el empleo. Cada negociación va a ser particular”.
No fue un mensaje en el aire. El jueves se conocerá la tasa de desempleo para el cierre de 2018. El funcionario aseguró que en noviembre y diciembre hubo “caídas en el empleo”, particularmente en los sectores de la construcción y del comercio. Esto se habría revertido, dijo, en enero, principalmente para los trabajadores de las obras. “Vamos a tener un dato de desempleo [en el cuarto trimestre] similar a lo que fue el tercer trimestre”, destacó.
Ese número fue entonces de 9%, según el Indec. Pero las comparaciones en el mercado laboral deben ser interanuales por la elevada estacionalidad. En el cuarto trimestre de 2017, el desempleo fue 7,2%, por lo que la suba podría rondar los más de dos puntos, según lo comentado por Sica en el púlpito del Colegio de Abogados.
Por otro lado, y con relación a las negociaciones paritarias, el ministro aclaró además que su cartera prefiere procesos de revisión -y no clausulas gatillo- cada seis meses y no cada tres, como buscaría la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), sindicato con el que compartirá mañana una actividad y que Sica conoce de cerca (fue consultor privado del gremio de Antonio Caló). “No vemos movimientos tan bruscos desde el proceso inflacionario”, dijo el ministro. En el primer bimestre, la suba de precios fue de 6,8% y llegaría al 10% en el primer trimestre, según el cálculo de los economistas.
En un escenario de estanflación (recesión con inflación), el ministro de Producción y Trabajo había comenzado su discurso alineado al relato nacido tras la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el de la economía invisible.
“El programa viene a cambiar las bases. A hacer un cambio estructural”, dijo, y luego apuntó a la estabilidad buscada por el Gobierno. No mencionó al dólar. “Sin macro estable no hay micro saludable. El programa apunta a eso”, describió.
Destacó el equilibrio fiscal -el primario- y el monetario. “Avanzamos mucho con relación a 2015”, parafraseó al Presidente, y agregó que el déficit fiscal y el financiamiento del Banco Central (BCRA) al Tesoro eran las principales causas de la inflación.
También subrayó la mejora de la cuenta corriente y la “corrección de precios relativos”, para hablar de la suba de tarifas y de la devaluación. Afirmó entonces que las condiciones ahora son sostenibles, estables y verdaderas, aunque se trata de un reacomodamiento que “dejó costos”.
Destacó el impacto en el mercado interno y la pérdida del salario real, que, según el Indec, fue de más de 12% en 2018. Volvió a subrayar, como lo hizo cuando se presentó en la vendimia mendocina días atrás, que se está dejando atrás “el epicentro de la crisis”.
Sica, seguidor de las redes sociales, utilizó a las nuevas plataformas tecnológicas como puente para introducir la necesidad de cambios en materia laboral. Sin embargo, dijo que no existe una reforma laboral. Sí habló de “pequeños cambios”, pero siempre con el trabajador “en el centro”. Justamente, el Gobierno está negociando ahora con la CGT el blanqueo de trabajadores.
“Tenemos que fortalecer la macroeconomía y pagamos costos en el corto plazo”, dijo el ministro cuando
LA NACION lo consultó sobre las altas tasas de interés para frenar al dólar y la posibilidad de que obstaculicen el despegue económico.
La crítica la reactualizó este fin de semana el conductor Marcelo Tinelli a través de un tuit. “Destruimos la moneda. Tenemos que recuperarla y sólo así tendremos un mercado de crédito y de capitales”, dijo Sica, que habló de la Argentina como una economía “bimonetaria”.
Finalmente, los abogados preguntaron sobre la actualidad de una ley más que polémica durante los tiempos del kirchnerismo. “La ley de abastecimiento es como la bomba atómica. Uno la tiene pero no la usa”, caracterizó irónicamente Sica, que prometió que cuando se haya discutido y aprobado la nueva ley de Lealtad Comercial habrá un debate sobre su posible eliminación. Mientras tanto, la amenaza seguirá vigente.
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algún comentario violatorio del reglamento será eliminado e inhabilitado para volver a comentar. Enviar un comentario implica la aceptación del Reglamento.
Para poder comentar tenés que ingresar con tu usuario de LA NACION.