Turn up Charlie
Nuestra opinión: buena
(Reino Unido, 2019).
Creadores: Idris Elba, Gary Reich.
Elenco: Idris Elba, Frankie Hervey, JJ Feild, Piper Perabo.
Disponible en: Netflix.
En la era del streaming, los actores tienen mayores posibilidades de hacer realidad su propia serie, pensando solo en lo que les gustaría hacer o lo que quieren mostrar al mundo de sí mismos. Estas oportunidades han funcionado de maravillas con algunos, como es el caso de Natasha Lyonne con Muñeca rusa o en el de Bill Hader y su Barry, creando y protagonizando series que solo podían funcionar llevando al máximo su probado talento. No es el caso de Idris Elba con Turn Up Charlie.
Elba es conocido por haber interpretar a un traficante de drogas en el clásico The Wire; un policía atribulado en Luther; un personaje basado en la mitología nórdica en las Thor de Marvel; entre otros, además de ser constantemente señalado como un posible futuro James Bond.
Nada tienen que ver esos papeles con Charlie, un DJ que alguna vez supo tener un éxito pero quedó en el olvido, vive con su tía y le miente a sus padres, que están en Nigeria, sobre la realidad de su trabajo y su vida amorosa. Una nueva oportunidad llega cuando vuelve a Londres su mejor amigo de toda la vida, David (JJ Field), que se convirtió en un actor famoso de Hollywood y está casado con Sara (Piper Perabo), una DJ y productora de música exitosísima. La pareja tiene una hija, Gaby (Frankie Harvey), tan inteligente como rebelde y maleducada, que por supuesto lo único que necesita es un poco de atención. A los famosos padres se les ocurre que Charlie puede ser un buen niñero para su hija y el DJ supone que esa puede ser una forma de conseguir ayuda de Sara para relanzar su carrera musical.
Como otros hombres musculosos antes que él lo han hecho (Vin Diesel y Dwayne Johnson, por ejemplo), Elba presenta a través de un papel de niñero su lado más humorístico y sensible. No lo hace mal y tampoco el resto de los actores. Pero Turn Up Charlie no logra ser más que una serie entretenida, con pocos chistes que generan risas. No hay originalidad ni en la trama, ni el tono, ni en la estética. Pareciera que Elba y su cocreador, Gary Reich, se quedaron a medio camino. Cuesta entender por qué un actor con tantas posibilidades creó para sí mismo un material con tan poco vuelo.
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