Ganadora por naturaleza, ambiciosa siempre. Solo busca la superación personal. En su regreso al judo,
Paula Pareto
logró la medalla dorada en el Grand Slam de Ekaterinburgo, Rusia, tras superar en la final a la española Julia Figueroa en la categoría de menos de 48 kilogramos.
La Peque, vigente campeona olímpica, debutó en el Grupo A ante la española Laura Martínez Abelenda, a quien derrotó en el golden score con un waza ari. Resolvió el siguiente obstáculo al superar con otro waza ari a la rusa Sabina Giliazova en los cuatro minutos reglamentarios. Y en las semifinales brilló ante la eslovena Marusa Stangar, a la que eliminó con un ippon a los 47 segundos del combate.
Finalmente, la hora de la verdad: venció a Figueroa después de dominarla en el tiempo reglamentario y beneficiada por las dos penalizaciones para la española. En el golden score, Pareto sufrió dos castigos por falsos ataques. Pero una nueva equivocación de su contrincante precipitó el triunfo de la Peque, que por un golpe casual durante la definición tuvo que ser atendida porque le sangraba una fosa nasal.
Este es el segundo título de Grand Slam logrado por la médica recibida, tras aquel que consiguiera en Río de Janeiro 2012. Es una nueva conquista que se suma a sus vitrinas: las medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Río 2016, del Mundial de Kazakhstan 2015, de tres Panamericanos (Guadalajara 2011, Panamá 2017 y San José, Costa Rica, 2018), más tres Grand Prix y nueve Abiertos Continentales. Ahora, más que nunca, ganó envión para los Panamericanos de Lima 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
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