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14 de diciembre de 2015. Habían pasado sólo cuatro días de su asunción como presidente, cuando Mauricio Macri anunció “retenciones cero” para las exportaciones de trigo, maíz, girasol, carne y productos de economías regionales, además de la baja gradual en el caso de la soja. Fue una de las primeras medidas para diferenciarse del gobierno de Cristina Fernández, que había hecho de los gravámenes a los productos del campo su eje de batalla política. Macri ayer insistió en que las retenciones a las exportaciones son “un mal impuesto”. Esta vez, no tuvo a quién echarle la culpa salvo a sí mismo, ya que el año pasado su gobierno decidió reponer los tributos a las ventas al exterior de granos y de productos industrializados. Un espejo difícil en el cual mirarse.