Aunque se hizo esperar, finalmente la suba de tasas del Banco Central comenzó a llegar a los plazos fijos. Los bancos privados aceleraron en los últimos días el traslado de la suba de la tasa de referencia a los rendimientos que pagan a sus clientes por sus depósitos en pesos y la Badlar ya se encuentra cerca del 41% anual, retornando así a niveles de principios de febrero.
Según datos del BCRA, la tasa de los plazos fijos a 30 días de más de un millón de pesos subió más de 400 puntos básicos en promedio en los primeros 6 días hábiles de marzo. La Badlar alcanzó el martes (el relevamiento de la autoridad monetaria tiene un día de rezago) el 40,81%, mientras que la TM20 -para colocaciones de más de $20 millones- llegó a 42,62 por ciento. En el caso de los plazos fijos minoristas, la tasa para los depósitos de hasta 59 días se ubicó en el 39,39 por ciento.
Las tasas de los depósitos a plazo fijos habían sufrido una fuerte caída de 900 puntos básicos en la primera quincena de febrero, de la mano de la agresiva baja de tasas que encaró el Central en ese período y que luego se vio obligado a desandar tras las turbulencias en el mercado cambiario que se desataron a partir de mediados de ese mes.
La caída en el “premio” que pagaban a los inversores, combinado con un repunte en las expectativas de inflación después del sabor amargo que dejó el IPC de enero generó una importante desaceleración en el crecimiento de este tipo de colocaciones el mes pasado: en febrero su stock aumentó un 1,4% (en términos nominales) contra un incremento en enero que había sido del 11,5 por ciento. En paralelo, los plazos fijos UVA comenzaron a ganar protagonismo, prácticamente duplicando su stock desde el cierre de enero hasta hoy.
En el sector bancario creen que el repunte de la tasa ayudará a impulsar nuevamente a las colocaciones tradicionales, aunque, con una inflación en alza y un dólar más volátil en un contexto de cada vez mayor incertidumbre electoral, ven muy poco probable que se vuelva a repetir el boom de enero.