El Banco Central (BCRA) debió validar tasas de hasta 60,5% anual -y poner a trabajar dos veces en el día su “aspiradora de pesos”, que hasta aquí sólo se prendía una vez por rueda- para conseguir un retroceso de 3,1% en el precio del dólar, que había llegado a escalar 7% en la semana.
Se trata del interés máximo que pagó por colocar unos $206.200 millones entre bancos en nuevas Letras de Liquidez (Leliq) a 7 días (las operaciones se hicieron a un promedio de 57,89% anual), en una jornada en que enfrentaba un vencimiento de $185.000 millones.
De esta manera, aseguró una nueva contracción monetaria de $18.900 millones, “la cuarta consecutiva y que eleva el total absorbido a $139.364 millones en lo que va de marzo, el mayor retiro de pesos por esta vía desde que arrancó este esquema monetario”, según explicó el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma.
Las cifras ponen de manifiesto que la proclama de “tranquilidad” que lanzó anteayer en medio de la nueva escalada del dólar el ministro de Producción, Dante Sica, no es compartida por el resto del Gobierno y menos aún por la conducción del BCRA.
Después de todo, la entidad que conduce Guido Sandleris retiró de circulación todos los pesos que estuvieron a su alcance y no dudó en aceptar que la factura de intereses por pagar por esa deuda le suba a $8834 millones la semana próxima (lo que significa, además, emisión de pesos), cifra 10% mayor que la abonada esta semana y 29,3% más elevada que la que pagaba hace un mes.
Y eso aún cuando, con el salto de los últimos días, el dólar apenas había logrado acomodarse 8% por encima del piso de la banda establecida desde octubre pasado para su flotación y se mantenía 20,5% por debajo del nivel máximo que ya supera los $50,90, es decir, para la letra fría del esquema pactado con el FMI, no había vuelto a desmadrarse.
“Por la forma en que se movió el billete, que abrió a la baja y la fue profundizando apenas se anunció que había dos licitaciones de Leliq, en el día la sensación que quedó es que el Central se pasó de rosca con la suba de tasas. No sé si se dejaron llevar por el momento o sufrieron presiones políticas pero ahora va a costar bajarla”, sostuvo el analista y consultor Alejandro Henke, de Proficio Investmet.
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