Miles de mujeres tomaron las avenidas del centro porteño y de cada ciudad del país en la que se lo propusieron durante una marcha que en el marco del tercer “Paro Internacional Feminista, 8M”, al celebrarse este viernes el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Uno de los principales reclamos que hicieron durante cada manifestación fue por la legalización del aborto legal, seguro y gratuito; pero también por la implementación efectiva de la ley de Educación Sexual Integral, laica y con perspectiva de género.
También se marchó contra la violencia sexual, los femicidios, los transfemicidios y todos los crímenes de odio; y se pidió por mayores derechos para las trabajadoras y trabajadores.
En Buenos Aires, los distintos grupos y columnas, que incluyeron colectivos de lesbianas, travestis, trans, bisexuales, personas no binarias, gordas e intersex junto a trabajadoras ocupadas, desocupadas, precarizadas, y de la economía popular, se concentraron en torno del Congreso y marcharon hacia la zona de Plaza de Mayo, donde leyeron un documento elaborado en conjunto.
Grupos de niñas y adolescentes con los pañuelos verdes que reivindican la campaña por la legalización del aborto, marcharon junto a mujeres que portaban el pañuelo violeta que rechaza la violencia machista y otras que con los pañuelos naranjas reclamaban la separación de la Iglesia y el Estado.
Muchas de esas niñas también llevaban pancartas en las que reclamaban por los derechos de las niñas víctimas de violaciones que quedaron embarazadas y no pudieron acceder a la interrupción legal del embarazo.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer se sintió en todas las ciudades del país, con marchas y variadas actividades políticas y sociales.
Se destacó la que se realizó en San Miguel de Tucumán, donde agrupaciones feministas marcharon con la consigna “Niñas no Madres”, en alusión al caso de la nena de 11 años que fue violada por la pareja de su abuela y sometida la semana pasada a una cesárea, cuya hija falleció esta tarde.
“Este 8M, la concentración de la marcha cambió, nos juntamos todas en el Siporsa para reclamar contra la tortura que sufrió la niña a la que no dejaron acceder a su derecho de una interrupción legal de embarazo (ILE), lo dilataron y luego la sometieron a una cesárea con 23 semanas de gestación”, explicó a Télam Agustina Viltte, integrante de Ni Una Menos Tucumán.
En Buenos Aires, Jazmín, de 14 años, se mostró a favor de la marcha y difundir la necesidad de salir a la calle sin riesgo de muerte. “Y si me llegara a tocar a mí, que sea el último caso”, sentenció.
En Plaza de los dos Congresos, Sandra acompañaba a su hija y a una amiga.
Sandra, de la zona de Loma Hermosa, explicó que está por ella y para acompañar a su hija, y reconoció “cambios radicales en la sociedad”.
Su hija Naiara, de 16 años, explicó que le encanta “que todas nos movilicemos por los derechos de la mujer”. También dijo que en su escuela “se arman debates” al respecto.
Los vendedores que habitualmente trabajan en las manifestaciones ofreciendo bebidas frías o sandwiches mezclaban sus voces esta tarde con quienes ofrecían pintar los rostros de los manifestantes a cambio de una contribución a voluntad.
Además, numerosos artistas realizaban intervenciones entre los manifestantes realizando acrobacias, breves teatralizaciones y otras presentaciones.
Al finalizar la marcha en Plaza de Mayo, una mujer, una persona trans, una afrodescendiente, una representante de pueblos indígenas, otra de activismo gordes, trabajadoras en lucha y Taty Almeyda, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, leyeron un documento que fue elaborado por la comisión organizadora.