El ensayista participó del programa +INFO por LN+
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La polarización genuina de visiones del mundo en pugna versus la polarización de campaña, que apunta al corto plazo. La poca capacidad política de
Cristina
Fernández de Kirchner. La política como conflicto. La lógica de la coalición en Cambiemos y el sinsentido de desafiar al líder. El ensayista Alejandro Katz pasó +INFO Segunda Edición, en LN +, donde fue entrevistado por Luciana Vázquez.
“Estuvieron 12 años en el gobierno. Cristina, que tiene una gran reputación mal fundada, porque su gestión económica y política fue mala y su gestión de poder también fue mala. Ganó la elección en la que Néstor Kirchner le entrega un país en un momento de prosperidad y bienestar y otra en la que Néstor Kirchner le entrega su cadáver, que funciona como un modo de cohesionar a la sociedad frente al dolor de una mujer viuda. Todas las otras elecciones las perdió. Cristina no sabe construir poder. Sabe disfrutar del poder, pero no construirlo”, sostuvo contundente Katz. También agregó: “La reputación de Cristina está construida sobre bases muy flojas. Construyó una imagen pero no se comparece mucho con sus logros”.
Sobre la polarización, argumentó: “Hay una visión estratégica de la polarización pero también hay una polarización de visiones del mundo. Creo que el cristinismo tiene una visión de la democracia y de la sociedad que no es compatible con una visión liberal de la democracia y la sociedad, en el sentido de plural, diversa, que acepta la legitimidad y los derechos de las minorías. La visión del kirchnerismo es una visión de una construcción de una hegemonía en la cual la mayoría ocupa el lugar de la totalidad, al menos como impulso no así como práctica”
Para Katz, “el problema de las polarizaciones contemporáneas es están expresando visiones del mundo inconciliables y esto es muy complejo porque la política tiene que conciliar, no sólo en el sentido tibio de establecer acuerdo, sino de encontrar las formas de no prescindir del otro.
Por supuesto que un proyecto político ganador va a hacer cosas que a otras no les va a gustar y esto es razonable, por eso disputamos y por eso elegimos un mecanismo para disputar que es civilizado y democrático. Pero al final del proceso los otros no tienen que estar heridos ni deben ser maltratados, y en estas polarizaciones el otro es alguien que no tiene lugar”.
De todas maneras, Katz matizó la noción de “consenso”: “Hay una sobre valoración de la idea de consenso. La política es conflicto y en ese conflicto, hay que encontrar pequeños acuerdos que puedan ir convirtiéndose en políticas concretas. Eso no es posible en un escenario de polarización como el que se plantea”.
Otro de los temas analizados fue el modo en que el fracaso económico condicionó el alineamiento de la oposición y de la sociedad detrás de una nuevo camino de desarrollo económico, que Cambiemos intentó representar. “El fracaso de la economía refuerza los prejuicios que había respecto de un gobierno que no consiguió disiparlos desde el punto de vista ideológico y tampoco empírico porque sectores medios y medios bajos están sufriendo mucho”. Katz se refería al prejuicio de “gobierno para pocos”, en este punto, que pesa sobre la gestión de Cambiemos.
El ensayista también analizó la posibilidad de acuerdo dentro del peronismo, y específicamente entre Roberto Lavagna y Cristina Fernández de Kirchner para encarar la campaña electoral. “Creo que Cristina por razones jurídicas y por razones políticas debe estar afuera de los acuerdos. No creo que Cristina sea un actor que contribuya a la búsqueda de soluciones adecuadas para el momento crítico que este país vive. Ni ella ni los líderes de su movimiento son personas que puedan contribuir a encontrar soluciones a los problemas presentes”.
Sobre los radicales y su intención de ir a una interna en Cambiemos, se preguntó “si esos radicales están realmente pretendiendo disputar la candidatura o si pretenden obtener algo a cambio de la amenaza de disputarla. En ninguna coalición se disputa la continuidad del líder que inmediato que está llevando el proceso. Ese desafío interno no existe. Debería existir en otros puestos electivos. Pero desafiar la candidatura de Macri es una jugada para obtener más en esas áreas.”
Según Katz, “el radicalismo está preparando la escena para una salida de la coalición en el caso de que el panorama económico y político se complique en los próximos meses. Exigir mayor participación y no obtenerla puede ser también el argumento para salir por la puerta en el caso de que el escenario para el gobierno sea menos favorable. Hay una parte del radicalismo se quiere ir”